La Perla del Atlántico [Izuocha]

¿Qué Eres Tú? Parte II

Muchos sentimientos tenía resagado en su interior al no poder regresar a casa: frustración, enojo, dolor, impotencia, no era la primer vez que su cuerpo cedía ante el misterioso poder heredado por su padre, el vidente Mirai le había explicado que aquel poder luchaba contra la fuerza de atracción de la tierra llamado gravedad, por ello es que cada que lo usaba su cuerpo tenía un desgaste fuerte, sin embargo ahora que había usado el poder en la superficie, noto dos cosas, el primero es que su fuerza fue más potente, sintiendo más ligero el peso de la roca, y en segunda, su estómago tenía la sensación de querer expulsar su comida y su cuerpo se sentía terrible, como si sus espinas estuvieran a punto de romper.

Mientras seguía sumergida en el abismo del sueño, pudo ver la figura del humano peliverde siendo rodeado por el mana del océano, lo cual era muy raro, ya que los Reyes eran los únicos capaces de manejar el mana del Océano en su máxima capacidad, solo algunos afortunados podían tener esa virtud, aunque ella era de los pocos capaces de manejar ese poder, no había llegado a esa capacidad ¿como había sido capaz de controlar el mana en su estado natural como para detener su poder antigravedad? Aunque este chico estaba rodeado de misterios, si algo estaba segura es que en este nuevo mundo, era el único en quien podía confiar, lo había visto en su ritual, Poseidon lo había escogido para ser su guía ¿o tal vez era lo contrario?

No es como si el chico fuera especial, fuera de ser atlético, su rostro era tan simple que no había gracia en él, sin embargo esos ojos verdes profundos tenían un secreto el cual quería descubrir... Tal vez la esencia de la valentía, el poder del océano.

-Cielos santo, en verdad es muy hermosa- en medio del sueño comenzo a escuchar voces, los cuales la empezaron a alejar de ese chico.
- Bueno, aunque Mina sigue siendo la más linda chica que e visto, no te niego que en verdad es muy hermosa- otra voz se escucho, el cual le hizo comenzar a abrir los ojos.
-Idiotas, dejen de hablar, creo que por su culpa ella está despertando- una tercera voz respondió aunque con voz alegre.
-¡que bien! Quiero ser el primero que hable con ella.
-Eso no te garantiza que quiera tener una cita contigo Kaminari.

Turbada por los rayos del sol, Uraraka comenzó a abrir sus ojos lentamente, en medio del brillo, tres chicos simpáticos aparecieron alrededor de ella, sonriendo como idiotas.

-¡Muy buenas tardes sirena! ¿Cómo te sientes? - el chico rubio del grupo saludo fingiendo una voz varonil.
-En verdad que eres un idiota ¿Cómo se te ocurre preguntar eso? - pasando su mano por su rostro, lo reprendió el chico pelirrojo.
-Lo siento señorita por mi amigo, como ve es un idiota - tras apoyar al pelirrojo, el azabache le dijo a Ochako acompañado de una gran sonrisa.
-¿Dónde est...?
-¿en donde más? Estas en Laguna Beach, California nena - con un guiño, respondió el chico rubio.

Aunque los chicos le parecieron agradables, Ochako no podía seguir perdiendo el tiempo con los humanos, por lo que sin dar una respuesta, intentó levantarse de la acolchada superficie donde estaba, pero al intentar hacerlo, descubrió que sus pies y manos estaban amarradas a la cama, haciéndola molestar. Al ver el furioso semblante de la chica, de inmediato los tres chicos se alejaron de la cama y alzando los brazos, dijo el chico pelirrojo:

-Lo siento, no queríamos hacer esto, pero ¿tienes idea de lo peligrosa que eres?
-Entonces ¿creen que con esto pueden detenerme con solo esto?
-Eso esperamos- respondió el chico pelirrojo, pero al ver que Ochako comenzaría a luchar, el dijo- No lo tomes a mal, no sabíamos como reaccionarias.
-Creo que solo la estas haciendo enojar más Kiri... - le reprendió el azabache al ver el semblante furioso de la castaña.

Sin embargo, antes de que él pelirrojo dijera algo, Ochako jalo de las cadenas, rompiendo las dos de sus brazos.

-¡Santo cielo! ¡MIDORIYAAAA! - Ante la imagen, de inmediato los tres salieron de la habitación muy asustados.