Taciturno Amor ©

~Prefacio~

"Taciturno Amor"

Prefacio.

   Tomé asiento al fondo de la clase, llevando mi libreta en manos, cerca de mí. Hice una seña con la mano en dirección a la puerta de entrada al aula, indicándole a la primera persona de la fila que pasase y tomase asiento frente a mí. Comencé con la encuesta. 

—¿Qué piensas del amor? —pregunté en lo que escribía su nombre en la libreta.

   La chica sonrió ampliamente, mostrando sus blancos dientes.

—Es muy bonito si lo compartes con la persona indicada.

   Anoté su respuesta y seguí con las preguntas.

—¿Qué piensas qué es el enamorarte?

—Amar intensamente a una persona y hacer lo que sea por ella.

   Arrugué los labios, cerré a medias los ojos y moví mi cabeza hacia ambos lados levemente, mostrando mi desaprobación con disimulo.

—¿Piensas que puedes enamorarte sin hablarle a esa persona?

   Chasqueé la lengua, deslizando el lápiz con rapidez sobre la hoja de la libreta. Mis piernas cruzadas se movían sin parar, inquieta, ansiosa.

—Si es amor a primera vista, claro que sí.

   Reí bajo. Al indicarle que podía irse, que eso era todo, llamé a otra persona de la fila y repetí las mismas preguntas por horas, hasta que todos los presentes me confiesen sus más sinceras opiniones.

Parecía una simple encuesta por curiosidad a el pensamiento de la gente; pero para mí lo era todo.

—¿Qué piensas del amor? —interrogué a la segunda persona.

   Me dedicó una mirada asqueada por la palabra.

—Que es una mierda y está sobrevalorado.

   Asentí, anotando su respuesta. Adoraba que la gente confesara su más sincera opinión sobre el tema.

—¿Qué piensas que es el enamorarte? —realicé la otra pregunta.

—Pasarla mal.

   Sonreí con la cabeza baja.

—¿Piensas que puedes enamorarte sin hablarle a esa persona?

   Aquí es dónde la chica se cruzó de brazos y se pensó bastante su respuesta, buscando las palabras correctas para hablar. Comencé a golpear el lápiz contra la mesa, haciéndolo resonar por todo el lugar hasta que la voz de la chica salga.

—Puede que te atraiga su cuerpo, su rostro, pero para enamorarte de alguien necesitas conocer a la persona. Sería estúpido decir que estás enamorada de alguien y no te sepas ni su nombre.

   Cerré la libreta con fuerza, haciendo sobresaltar a la chica en su lugar. Mis manos temblaron exageradamente cuando le pedí que se marchara y pasara el siguiente.

Y así toda la tarde.

La gente entraba y salía de la habitación para dar su opinión sobre tres preguntas que para mí tenían la mayor importancia en el mundo. Me importaba lo que pensaba la gente, me gusta saber sus puntos de vista para aprender algo de todo ello.

¿Se puede aprender de los errores? Yo creo que sí. Pero aquí no hacemos más que cometerlos.