La Parca

Capítulo 4

-Gracias-

-¿Por?-

-Pude socializar un poco con los fantasmas, creo que esto de estar muerta no es lo mío- estaba cansada de estar muerta y no llevaba ni una semana

A lo lejos pude ver a Landers llamarme y me despedí de James, era un buen tipo, espero toparme con el en otro momento.

-Me tengo que ir- le avise mientras recogía mis cosas

-¿Por qué te vas pensé que venias sola?- dijo confuso

-La Parca vino por mi- pensé en no revelar su nombre, al parecer es importante para estos tipos

-¿Así que conoces a una Parca?- dijo con una risa sarcástica -No deberías juntarte con ellos, un día te van a mandar al infierno por quitarles un dulce, cariño- dice sin mas y se va él

Estaba confundida, a que se refería con mandar al infierno si les haces enojar, no se supone que vas al infierno por comunicarte con los vivos...

-Vamos- dice Landers por detrás

-¿Quién era él?- puede parecer tonto pero si no le agradan las Parcas debe ser por algo- ¿Por qué no le agradas?- lo mire con una mano en la cintura

-Tu crees que el hecho de que le quite su vida y sus amigos es poco?- me mira en la misma posición

-¿Entonces tu lo trajiste?- dije mientras avanzabamos

-Si- dice seco

-¿De qué murió?- pregunté nerviosa

-Pensé que eran amigos, es de lo primero que deben de saber- me mira con disgusto

-Primero no somos amigos y en segundo, me sigue pareciendo incómodo hablar de que morimos- dije ignorando su mirada

Caminando en silencio por un momento pude apreciar cada detalle de Landers.
Landers era alto, alrededor de 1.80 y 1.83, su piel era pálida casi blanca, nunca he visto bien su cabello pero he podido apreciar un color castaño cubierto por un pequeño sombrero.

Sus labios un poco gruesos con un tono carmín, un poco secos.

Sus ojos color miel, tan lindos pero intimidantes a la vez, son su mejor pieza.

Casi siempre viste de traje negro para dar una buena impresión como Parca.

Lleva tanto tiempo muerto, que no se como no se ha cansado de no morir.

A pesar de ser un tipo frío, no me deja sola en ningún momento, estoy segura que es un buen tipo en el fondo.

A lo largo de la caminata empieza a caer gotas de agua, se aproximaba una lluvia.
Yo en un apuro cubro mi cabeza con las manos, los muertos también se mojan con la lluvia.
Estaba quedando empapada, pero Landers me acerca a él con su brazo y saca una sombrilla, en ese momento mire hacia el y solo seguimos caminando.
El tomó mi mano y la metió en su saco. Hacía frío. Lo curioso de él que no sólo su interior era frío, si no también él, su mano era tan fría que no me estaba calentando si no enfriando, sin embargo, era un cómodo momento, me sentía segura con él.

-Tienes tu mano fría- dije con pequeñas risas

-Lo sé, por eso tomé la tuya- dice tomando aun más fuerte mi mano -Morí con las nevadas más horribles, era un desierto blanco, donde no podía matar a nadie para salvarme, solo alargar el sufrimiento, por eso decidí morir-

La verdad me sorprendió la manera en que murió, y no se me ocurre de que otras maneras podías morir en esos años. Solo tomé su mano, para que no sintiera frío. Debe de odiar las nevadas.

-No te preocupes- dije abrazándolo como a un osito haciendo caer la sombrilla -Yo te acompañaré en la primera nevada- y le mostré una cálida sonrisa

Él me seguía mirando raro, pero justo un pequeño copo de nieve cae sobre mi cabeza, estaba nevando. Solo tomé la mano de Landers y entramos a un lugar.

-Me agradas Landers- dije dentro del local

El solo sonrió y miró a través de la ventana la primera nevada.
Alguien estaba comprando y  toma un cafe caliente, lo agarre y volteo para darcelo a Landers, estaba frente mío y este me pone su saco sobre mi, lo acomoda para que me quede bien y toma el café, solo se voltea para irse por la puerta.
Alguien debe de estar muriendo en estos momentos.

Me robo otro café y doy pequeños sorbos, era una noche hermosa, pero me sentía triste por estar sola, solo quedaba esperar al día siguiente.