El ser más solitario

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Sus ojos reflejaban oscuridad infinita, una oscuridad sin igual, esos ojos que me miraban atentos a mis movimientos, hacían que los ojos me escocieran, mis lágrimas luchaban por no salir ante la profunda soledad que esos ojos me rogaban que terminara con la daga que tomé, ese ser infinitamente solitario conocía mi misión, pero en vez de defenderse y luchar por vivir extendió su cuello  hacia mi, dejando su punto vulnerable al alcance de mis manos, en ningún momento aparte la mirada de sus ojos, esperando que por lo menos, en sus últimos momentos se sintiera un poco acompañado, solamente derrame mis lágrimas hasta que su último respiro fue exhalado.

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