-La rubia al momento de escuchar a la peliblanca, se quedó boquiabierta mientras mantenía su vista a los ojos de la Vice-Presidenta quien la mirada nerviosa sintiendo una gota de sudor frío por su frente, la rubia se levantó de su asiento al igual que hizo la peliblanca luego de su acción, Mary tragó y bajó sus brazos, la peliblanca se mantuvo tranquila sin embargo por dentro se encontraba muriendo y avergonzada, seguía temblando asustada esperando una respuesta por parte de la rubia pero Mary seguía impactada apretó su mandíbula al igual que apretó sus puños, estaba confundida ella sentía algo por Yumeko, con esa pelinegra sintió cosas increíbles que nunca ha experimentado pero así se sentía igual con la peliblanca no estaba totalmente segura de que sintiera algo por la Vice-Presidenta ahora se encontraba en una crisis existencial, no sabía que decir, se podría decir que estaba aun más nerviosa que Ririka, pero debía pensar en una respuesta por lo que solo levantó su mirada y frunció un poco el entrecejo, separó sus labios tomando algo de aire-
Mary: Ririka yo...
Ririka: S-si...?
Mary: *suspira* yo realmente...
Ririka: *nerviosa* u-usted?
Mary: Lo siento...pero mi corazón ya tiene dueña
-La peliblanca se quedó de ojos abiertos, viendo con tristeza a la rubia, sentía una pequeña esperanza de que aquella chica frente a ella, sintiera algo, pero...no, la peliblanca soltó una lágrimas tomó su mascara y corrió fuera de la sala donde se encontraba con la rubia, mientras que la otra chica solo se quedó quieta, sin acción, le dolió en el corazón ver aquella escena, ver a esos lindos ojos derramar lagrimas y más encima esas lagrimas fueron provocadas por ella misma pero no se podía mentir así misma, sentía algo más fuerte por Yumeko que por aquella peliblanca...lo único que no pudieron notar...era que detrás de la puerta...se encontraba cierta pelinegra, la cual había escuchado cada palabra y ahora se encontraba sonriendo con victoria y solo podía pensar "Mi Mascota~" la rubia salió de la habitación, no notó la presencia de la pelinegra ya que esta ya se había alejado con el pensamiento de que ahora era la dueña del corazón de esa rubia, que el primer día la volvió loca con una sola mirada-
~Continuara~
