Un día me abrazó tanto la soledad que le tome cariño, llore como un niño y le conté mil historias, charlamos por largas horas como dos grandes amigos, después nos despedimos y cada quien siguió su camino. Sin embargó, nos vemos de vez en cuando y me alegra su visita, ella sigue siendo la misma, siempre sabía, siempre honesta, siempre lista.
Kelbin Torres.
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Almas Destruidas
PoesieCuando No Hay Nada Más Que Los Gritos De Aquella Alma Destrozada. Un nuevo comienzo. Un nuevo ser. Las mismas cicatrices sin sanar. Y el profundo ahogo de no poder callar aquellas voces. Rogando frente al espejo ser fuerte un días más. E. Arnal