Harry Styles, un joven híbrido Lobo de 23 años de edad, decidió ir a pasar la temporada invernal en una cabaña perteneciente a su familia, situada en el bosque local.Lo que no esperó fue ser recibido por un armiño realmente posesivo, quien absolutamente detestó su presencia y que no dudó en hacérselo saber.
Cuando llegó a la cabaña, lo primero que hizo fue recorrerla. Le llamó un poco la atención el hecho de que no hubiera polvo en la mayoría de las habitaciones de la casa, supuso que su madre envió a alguna persona para limpiar, desempolvar y dejar todo listo para que él las utilice. Pero cuando fue a la cocina y descubrió bolsas de comida a medio consumir, se extrañó, aunque de igual forma no le tomó mucha importancia.
Eso sí, le produjo cierto asco encontrar carne fresca en la nevera, parecía haber sido cazada recientemente, pero de nuevo no le tomó importancia. Quizás la señora de la limpieza lo había dejado allí.
El primer día allí fue tranquilo, hasta la mañana del segundo día, cuando comenzaron los pequeños fastidios.
Al principio pensó que la comida desaparecida y las ropas desorganizadas fueron obras de ratas, ya que el lugar estuvo desocupado por mucho tiempo y lo más probable era que estuviese lleno de roedores invasores.
Pero cuando el quinto día volvió del supermercado y encontró sus maletas cargadas de sus cosas afuera de la casa, junto a un par de ropas suyas hechas jirones en el suelo del pórtico y una nota simple que decía «¡lárgate!» comprendió que esto no se trataba de ratas. Esto debía ser obra de algún híbrido medio salvaje que vivía en las cercanías, o que quizás vivía en la propia cabaña antes de su llegada.
Y lo último tomó más sentido cuando analizó lo que había visto el primer día: la falta de polvo, la cama de la habitación principal hecha desprolija pero con sábanas limpias, la comida a medio consumo, la carne fresca en la nevera. Eso debió ser obra de algún habitante parásito.
Harry ingresó a la cabaña, dejando todas las cosas revueltas ahí en la entrada y las compras en su camioneta. Se desvistió y transformó, comenzando rápidamente el rastreo.
Levantó la cabeza, cerró los ojos e inhaló. Percibió un aroma. Era muy leve, pero aún así fue útil.
Abrió los ojos y siguió, con la cabeza enaltecida y la nariz en lo alto, el dulce aroma. Estaba seguro que se trataba de algún mustélido, pero no lograba definir si era alguna comadreja, hurón, un visón o-
Armiño.
Es un armiño.
¿Cómo podía estar tan seguro?
Fácil. Una prima de la amiga de la novia de su mejor amigo olía así. Es un recuerdo borroso de la boda de ambos, y lo recuerda porque fue una mujer bastante agradable y simpática, con quien pasó unas horas hablando y tomando.
Si bien ella tenía un olor dulce, era bastante diferente a este. Este aroma es un poco como agrio y... ¿salado, quizás? No estaba seguro de qué era, pero en definitiva no es una hembra. Tiene algo que... lo diferencia. Y por lo dulzón podría decir que se trata de un omega.
Sigue recorriendo la casa tras el aroma, sube las escaleras y va hasta la habitación principal. Cierra de nuevo los ojos y pega la nariz por la alfombra, rastreando al pequeño animal. Ahora, con los ojos cerrados y la concentración en su olfato de lobo, logra darse cuenta del persistente dulzón aroma, en prácticamente cada cosa del cuarto principal. En la alfombra, las sábanas, los muebles, las paredes y hasta las cortinas de la ventana.
Todo tiene aquel dulce aroma.
Es una actitud posesiva de parte del armiño, y desconcierta a Harry el repentino deseo que siente su lobo. El deseo de portar el dulce aroma fusionado con el suyo propio, y las ganas de esa posesividad sobre los aromas entrelazados.
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Little white disturber (l.s)
FanfictionDonde Harry Styles, un híbrido lobo, decide pasar el invierno internado en el bosque, pero no deja de ser constantemente saqueado y molestado por un pequeño armiño. Hasta que finalmente se cansa y decide darle caza al pequeño perturbador de paz. 8/1...