Amo esta pareja. Empezó como una idea para un oneshot y se fue transformando en un monstruo de 20,000 palabras. Con esto reitero que me es casi imposible escribir historias cortas, pero se hace el intento.
Las fechas son lo más acercado a la realidad que pude encontrar para que coincidieran las edades y los eventos.
Espero les guste.
Agosto 30, 1972
"Lucius... ¿Aceptas someterte a la voz de nuestro nuevo señor... aquel que nos guiará en la empresa del exterminio de los traidores de la sangre y sangre sucia?"
"Sí... padre..."
Agosto 9, 1998
Sentía su cuerpo pesado, su mente revuelta, mareado. No podía moverse.
«¿Qué... pasó?».
Sus memorias estaban difusas. Trataba de darle sentido a la maraña de imágenes que se repetían una y otra vez en su mente.
Él aceptando la oferta de su padre de unirse al señor tenebroso a los 16 años...
La caída de Lord Voldemort...
Narcisa, la mujer con la que sólo se había asociado para continuar con la línea de los Malfoy, muerta...
Su amado hijo salvado de Azkaban por Potter...
Él mismo en Azkaban destinado al beso del dementor...
Todo por su maldito orgullo, por creer en la "supremacía de la sangre"...
Recordaba la fría sensación de la esencia del dementor rodeándolo, engulléndolo, vaciándolo de la poca felicidad que le quedaba, y entonces, aquella criatura lo había tocado y todo se había vuelto negro.
Abrió los ojos lentamente, tratando de adaptarse a la luz radiante que lo envolvía, muy diferente a las lúgubres celdas de Azkaban donde había pasado los últimos días, aunque tuvo que cerrarlos de nuevo. Se dio cuenta de que el recinto donde se encontraba no era tan luminoso, pero la luz se trasminaba a través de un ventanal con las cortinas abiertas.
Giró un poco su cabeza y al instante se arrepintió cuando una punzada de dolor la recorrió la cabeza, nublándole la vista nuevamente. Gruñó del dolor.
—¿Lucius? —preguntó una voz. Sonaba masculina pero dulce, con un tinte de preocupación—. ¿Lucius? —repitió—. ¿Puedes escucharme?
Una mano cálida pero ligeramente rasposa se colocó sobre su frente. No era Narcisa. Sus manos no eran tan grandes... y ella ya estaba muerta ¿Quién osaba tocarlo de esa manera? Con tanta confianza... con tanta calidez...
—Lucius...
Escuchó su nombre pronunciado una vez más... Gentilmente, casi en un susurro. Lentamente, reuniendo las pocas fuerzas que tenía, fue abriendo sus ojos nuevamente, esta vez adaptándose mejor al ambiente, aunque notó entonces que ahora las cortinas estaban cerradas y la habitación estaba menos iluminada.
—Ahí estas... —dijo aquella voz.
Entonces lo vio. Una silueta que poco a poco se iba haciendo más nítida frente a él. Conforme pasaban los segundos los rasgos de un hombre maduro se fueron esclareciendo en el marco de un cuerpo delgado. Sus largos cabellos parecían estar atados en una coleta que caía por el lado derecho de su cuello.
—Parece que la fiebre empieza a ceder —susurró el hombre a su lado, deslizando la mano de su frente por un costado para acomodarle un mechón de cabello detrás de su oreja. Conforme pasaban los segundos, la silueta fue aclarándose hasta que tuvo la visión completa. ¡¿Qué demonios?!

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Realidad Alterna
FantasíaCondenado al beso del dementor, Lucius ve que lo que le espera al otro lado no es la muerte, sino una realidad donde parece ser feliz.