capítulo único.

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Kim Seungmin se preparaba en la espera de su novio, Hyunjin, quién debía llegar en una media hora. El menor estaba claramente nervioso por la pequeña cita que había planeado con su mayor, era la primera que tenían desde que Hwang había vuelto de Australia, luego de haber pasado las vacaciones con su primo, Felix.

Llevaba puesto un hoddie negro sobre una linda falda de cuadros, algo corta para su gusto, pero la prenda superior cubría cualquier cosa que pudiera hacerlo sentir inseguro.

-¿Qué pasa si no le gusta? -Seungmin hablaba por teléfono con su mejor amigo, Han Jisung, mientras se mordía el labio inferior y revisaba su atuendo una y otra vez frente al espejo.

-Dios mío, Seungmin, ¿Cómo no le va a gustar? -El mayor bufó frustrado, habían estado hablando sobre lo mismo desde hace ya casi una hora y su dulce amigo parecía no comprender su punto.- Podrías ponerte una maldita bolsa de papas y Hyunjin estaría encantado.

-¿Eso crees? -Apretó más su labio entre sus dientes, aún no convencido del todo. -¿Y si piensa que los chicos no deben usar faldas?

-En ese caso será un completo idiota. -Jisung suspiró profundamente y suavizó su tono de voz lo más que pudo.- Seungmin, cariño, si no estás seguro de esto no debes hacerlo. Hyunjin jamás diría algo que pueda herir tus sentimientos y lo sabes.

Kim se quedó en silencio mientras pensaba, Hyunjin era una buena persona y lo amaba demasiado, nunca le haría algo malo y estaba completamente seguro de que su lindo novio no tendría un pensamiento tan cerrado como para decir que no debía usar falda por ser un niño, pero no podía evitar imaginarse escrnarios en los que todo terminaba mal.

Meditó unos segundos, al fin y al cabo Jisung tenía razón, ¿Qué tan malo podía ser? -Bien, creo que estoy listo. -Murmuró un poco más confiado que antes.

-¡Genial! Seguro lo tendrás comiendo de la palma de tu mano y cuando menos te lo esperes te va a acorralar contra la pared.

-¡Oh por Dios, Jisung! -Kim se tapó los ojos con una mano al sentir sus mejillas arder, la sola idea de tener a su novio apretando sus cuerpos contra una pared hacia que un escalofrío recorriera su cuerpo de pies a cabezas.

El mayor se carcajeó y habló entre risas. -De acuerdo, de acuerdo. Ya me voy, bonito. Cualquier cosa me llamas, ¿De acuerdo?

-De acuerdo, te quiero.

-Yo a ti. -Colgó el teléfono y luego de unos cortos minutos mirándose al espejo le dió unos últimos retoques a su maquillaje.

Poco tiempo pasó para que los maliciosos pensamientos volvieran a la mente del joven Kim, ¿Qué pasa si no le gusta como se me ve? ¿Y si ya no quiere volver a verme después de hoy?

Bufó varias veces mientras formaba puños con sus manitas. -Ya basta, Kim Seungmin. Tendrás una maldita cita con tu jodido novio, vas a disfrutarla y él va a quedar encantado con tu estúpida falda.

Se miró decidido frente al espejo, aunque toda su confianza desapareció en un segundo al escuchar el timbre de su apartamento.

Hyunjin había llegado.

Oh, por el amor de Dios.

Corrió torpemente hacia la sala, tropezandose varias veces con sus propios pies por los nervios y revisó con la mirada una última vez su sala de estar.

Horas antes había limpiado y organizado toda su casa para que cuando el chico de sus sueños llegara todo se viera perfecto.

Los dulces y la comida estaban en su lugar, al igual que la larga lista de películas que tenía pendientes para ver con su amorcito.

SKIRT - HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora