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Capítulo 2

Abril Smith

Quisimos optar por ir a una cafetería que está a unas cuantas cuadras de la escuela.

-Platícame de ti, linda. -me dijo mientras cruzaba sus brazos y los apoyaba sobre la rectangular mesa.

-¿Qué te gustaría saber? -pregunté algo tímida y con una sonrisa en mi rostro.

-Hmm... ¿De dónde eres? Por tus rasgos es evidente que no eres de aquí. -me mostró una sonrisa.

-Vivía en Canadá hasta los ocho años. -

-¿Por qué fue la razón que quisieran venir a vivir hasta el otro lado del mundo? -

-Mis papás me contaron que teníamos una mejor oportunidad viviendo aquí, que es un lugar más seguro. -

-Están en lo cierto. Puedes dejar con confianza tu bicicleta en la calle y sería super raro que ya no estuviera tiempo después. -dijo mientras tomaba de su taza de café. -y dime... ¿trabajas en algo? ¿Te gusta hacer algo? -

-No tengo un trabajo fijo, pero me pagan por maquillar a alguien para algún evento o algo así. -

-Oh, eres buena maquilladora. -sonrió.

-Eso dicen. -le devolví la sonrisa. -Me gusta hacerlo, es como dibujar. -

-A mí me gusta mucho dibujar. Tengo la habilidad gracias a mi papá. -

La verdad era que sí sabía que tenía una gran facilidad para el dibujo. Unos grados atrás teníamos taller de dibujo y al enterarme que estaría ahí, quise inscribirme. Algo acosador, ¿no? Bueno, hay que admitir que todos los lugares del taller se llenaban debido a que las chicas iban con la misma intención que yo.

Ahora que lo pienso, creo que de ahí agarré también algo de habilidad al dibujar.

-¿Enserio? Eso es genial. De mi mamá precisamente heredé el maquillaje. -

-Vaya, tantas cosas en común tenemos. -rió suave y me dedicó una sonrisa. -

-Me alegra saber eso. -me torné levemente roja.

-¿Sabes? Esta tarde quedé en ir a una empresa. Hace unos días atrás audicioné para Big Hit Entertainment, y... quería saber si quisieras acompañarme. -

¿Escuché bien? ¿Realmente quería que yo fuera a algo importante para él?

-Me encantaría. -hablé sonriente.

-Perfecto. -

💫

Jeon Jung Kook

-Bien, llegamos. -Hablé mientras mostraba una sonrisa.

-Vaya, sí que es enorme. -dijo ella mientras observaba lo alto del edificio. Sonreí.

-Entremos. -

Una vez que entramos, me registré en recepción y me dijeron que debíamos esperar hasta que el dueño se desocupara y pudiera darme mi respuesta sobre mi audición.

Durante la espera estuve algo intranquilo, los nervios me invadían, pero Abril afortunadamente pudo relajarlos gracias a sus palabras tan relajantes al igual que su fina voz.

Le pedía si me podría dar la mano, cosa que ella aceptó algo tímida y sonrojada. Tan linda.

Un rato después, nos hablaron con que ya podíamos pasar.