Consuelo [ Wangxian ]

Capítulo Único

Wei Wuxian siempre esperó que al despertar se encontraría en la camilla de un hospital, o en el peor de los casos en la cama de un depravado. Se negaba a abrir sus ojos, no quería ver en qué lugar se encontraba. Maldecía en su interior una y otra vez ser tan débil, maldecía su propia existencia.

Su cuerpo dolía y sentía un intenso frío. Nunca pensó que algo así ocurriría, él no quería que nada de lo que pasó pasará; no sabía que su familia se lo tomaría mal. Después de una fuerte discusión con los Jiang salió corriendo en plena tormenta; no pensaba bien en esos momentos, simplemente quería escapar de esa situación, quería poder estar en los brazos de su amado y ser consentido.

Después de que corrió por poco más de media hora se sentía débil, cansado, a punto de desfallecer. Ni siquiera recuerda que hizo después de tomar su teléfono, no sabe si realmente logró llamarle a alguien.

Una pequeña lágrima rodó por su mejilla y un tembloroso suspiro escapó de sus labios, unos fuertes brazos lo rodearon y lo llevaron a un cálido abrazo, el frío que sentía se calmó un poco por la acción. Unas suaves caricias sobre su cabello y un familiar olor a sándalo lograron reconfortarlo. El miedo lo invadió, temía que aquello solo fuera fruto de su mente cansada; temía que al abrir los ojos la figura de su pareja desapareciera.

Al pensar en eso un pequeño sollozo escapó de su boca y otra lágrima se deslizó en su rostro. Las caricias en su cabello y espalda cesaron, Wei Wuxian se tenso; un beso fue depositado en su frente, con una dulzura y amor que solo su amado es capaz de darle.

—Lan… Lan Zhan…

Aún temeroso de no recibir respuesta se atrevió a llamar a su pareja, en el fondo aún tenía la esperanza de que la cama en la que se encontraba era la de Lan Wangji, que los brazos que lo rodeaban eran de aquel hombre que tanto amaba.

—Estoy aquí.

La voz de Lan Wangji hizo que todos sus miedos desaparecieran. Lentamente abrió sus ojos. La mirada del Lan se posó sobre su rostro. Wei Wuxian tenía sus ojos rojos por las lágrimas que había derramado; debajo de sus ojos se encontraban unas marcadas ojeras, que demostraban lo poco que había dormido las últimas semanas; lo que más le dolía ver eran los moretones que su amado tenía en la cara y unos tantos más alrededor del cuerpo.

Su sangre hervía al ver esas marcas en su pareja, la culpa y la rabia invadían completamente a Lan Wangji. No quiere pensar en la angustia que su novio pasó, si él salió de su apartamento lo más rápido que pudo, incluso ignorando a su hermano que estaba de visita, al recibir la llamada de Wei Wuxian; con voz quebrada le había hablado, luego de eso todo quedó en silencio y solo el sonido de la lluvia se escuchaba. La imagen de Wei Wuxian temblando y sollozando contra su pecho aún estaba presente en la mente de Lan Wangji.

—Yo… yo…

Wei Wuxian no sabía que debía decir exactamente, había tanto que decirle a su amado que no elegía por dónde comenzar.

—Gracias…

Lan Wangji lo acercó más a sí, dejando que su pareja descansará sobre su pecho. Los calmados latidos del corazón de Lan Wangji hicieron que Wei Wuxian se terminara de relajar y así, disfrutar plenamente de la calidez del otro.

—Entre nosotros no hay necesidad de “gracias” ni “lo siento”.

Esas palabras las había escuchado más de una vez, pero Wei Ying no podía evitar sentir como un calor especial se esparcía por su pecho y como sus mejillas se tornaban de un leve tono rojo.

Dentro de aquel protector abrazo estaba seguro, lo sabía, sentía que nada ni nadie le podría dañar en los brazos de su pareja, su alma gemela, su amado Lan Wangji, su Lan Zhan. Sentía como el dolor de cada una de las palabras que habían sido dichas por su familia desaparecía lentamente.

“No puedes amar a otro hombre, eso es anormal”.

“ Solo te usará, ¿realmente crees que eres tan especial?”

“ No vales la pena, en cualquier momento te desechará. Si pasa por algo difícil te abandonará”.

“ Eres una completa vergüenza para la familia, nunca estuve de acuerdo con tu adopción, y ahora nos pagas deshonrando a quienes te cuidaron”.

—Tendré que buscar un lugar para vivir.

Lan Wangji levantó con una mano el rostro de su pareja, sus miradas se conectaron; el dorado y el gris se unieron, era presenciar al sol y la luna brillando en el mismo cielo. La promesa que el Lan había hecho desde el principio nunca se rompería, nada ni nadie lograría que eso pasara. Nunca abandonaría a su Wei Ying, a su amado, tierno y revoltoso novio.

—No… Wei Ying tiene un hogar, siempre puede quedarse a mi lado…

Tras esas palabras acercó lentamente su rostro al de su pareja, los labios de ambos se fundieron en un dulce, suave y tierno beso, cargado con los sentimientos y promesas de ambos. Esa acción solo tenía un propósito, hacer sentir a Wei Wuxian todo el amor que Lan Wangji sentía por él, un amor y una pasión que solo podía dedicarla a Wei Ying, nadie más podría tenerla y nadie se la arrebataría.

—Te amo, Lan Zhan…

Wei Wuxian volvió a esconder su rostro en el pecho de su novio y se aferró a él como si su vida dependiera de ello. Lan Wangji no se quedó atrás, sus brazos apegaron a su amado a sí.
En una mañana tormentosa, por primera vez en mucho tiempo, Wei Wuxian sentía como el sol salía para iluminar su vida. En un mundo plagado de los prejuicios y la oscuridad tenia a su más grande consuelo, tenía la oportunidad de poder ver la luz a pesar de lo oscuro que parezca el cielo. No importa lo que los demás dijeran, que importaba lo que pensaran de ellos; eran, son y serán felices, no importa que tan fuerte sea la tormenta, siempre estarán el uno para el otro, siempre estarán juntos.
Una promesa que no recuerdan haberla hecho llega a su mente.

“Juntos aquí, y en nuestras próximas vidas. Pase lo que pase, nos encontraremos”.

No entendían su significado, pero les llenaba de alivio, vivir una sola vida con la persona que tienen al lado no será suficiente, nunca lo sería.

—Te amo, Wei Ying… siempre lo he hecho.

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Hola, Espero que les guste este pequeño One Shot.

Decirles que con él entre a un concurso, y si bien no gané, me gustó cómo quedó y me hacía ilusión compartirlo con ustedes.

Espero que lo hayan disfrutado.

Nos leemos pronto...

S.L