Prólogo

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   -¡No lo hagas!

El chico se volteó para mirar en la dirección de la cual provenía la voz que intentaba detenerlo, pero era muy tarde.

Tampoco es que fuera la gran cosa, una simple travesura, sí, eso era. Nadie podía salir lastimado.

   -No seas un gallina -le contestó al otro chico que se acercaba con paso dudoso y tembloroso.

   -¿Y si nos descubren?

   -Tranquilo. No lo harán. -Se volvió a girar quedando frente a una puerta de madera blanca, era fea y estaba gastada. Seguramente un viejo cascarrabias vivía ahí.

Su mano se acercó lentamente al timbre hasta que…

¡Ding Dong!

Y salió disparado en otra dirección lo más rápido que pudo.

   -¿¡Qué hiciste!? -le gritó el chico miedoso, ahora más asustado que antes.

   -¿Qué haces? -le devolvió el otro-. ¡Corre! 

El 'miedosito' ,como le decía el chico, no se quedó a mirar lo que ocurriría si se mantenía ahí parado como un niño menso. Aunque ciertamente lo era un poco.

Preso del pánico el chico corrió y logró ocultarse en unos arbustos cerca de la casa de la cual él y su hermano acababan de escapar. Escondió su cabeza y no la volvió a levantar.

Un anciano apareció ahora en el lugar de la puerta, analizó un poco sus alrededores hasta que su vista bajó y descubrió una caja de pizza.

   -¿Pizza? -Se rascó su cabeza calva-. Pero si no he ordenado nada.

El anciano se agachó y con algo de esfuerzo levantó la caja.

-Tal vez se equivocaron, iré a preguntar de quién es. -Y salió por completo de su casa dispuesto a encontrar al verdadero dueño de la pizza.

Cuando finalmente se hubo alejado lo suficiente los dos chicos salieron de su escondite.

Uno, el que era la mente maestra y el primero en correr, salió de la parte trasera de una camioneta estilo pick up riéndose a carcajadas. Se acercó al arbusto en el que se encontraba su hermano y lo jaló para que saliera.

-Ya puedes salir, 'miedosito'.

Su hermano solo lo miró mal como en miles de otras ocasiones. De repente reír ya no era tan tentador.

-Agggh -se quejó-. ¿Qué? -preguntó con fastidio. Aunque ya sabía la respuesta.

Siempre era así. Él quería divertirse y hacer bromas pero su otro yo no daba de su parte. Podrían ser gemelos, sin embargo, a veces eran agua y aceite.

El anciano ni siquiera era un amargado como él había esperado y eso era lo que más le afectaba a su gemelo, el siempre bueno y educado. Sí, cómo no. A ver si decían lo mismo cuando descubrieran que le había jalado el cabello a una niña por pisar su carrito de juguete.  

Niño bueno, cómo no.

   -No me siento cómodo con esto -dijo finalmente el “niño bueno".

   -Por favor, hermano -exclamó el chico-. ¡Es una broma! Con lo agradable que es seguro también se va reír.

   -Lo dudo. A nadie le gusta recibir una pizza de lodo y menos buscar de casa en casa al dueño verdadero, ¡sin saber que es de lodo!

   -Pues ni modo -contestó girando sus ojos-. Ya no podemos hacer nada.

Al ver que su hermano seguía algo incómodo ante sus recientes acciones mencionó su debilidad. Todo el mundo tenía una, y su hermano 'miedosito' también.

   -Vamos, de seguro ya está la comida.

La notoria sonrisa inmediata de su hermano le hizo saber que había tenido éxito.

   -¡Sí, es verdad!¡Vamos! -Y corriendo como nunca se dirigió a su casa-. ¡Te voy a ganar!

Eso sí que no.

Sus piernas se movieron a tal velocidad para alcanzar a su hermano miedoso.

Eran un buen equipo.

                               
◇                         ◇                          ◇


Abrió sus ojos lentamente mientras dejaba que una lágrima se deslizara suavemente por su nariz para caer en su almohada al final.

Se encontraba en posición fetal en una habitación recientemente vacía en la cual solo había una cama en la que estaba acostado.

Ese sueño había sido tan real.

Y tan verdadero.

La forma en que su mano se alargaba para detener a su hermano que lo superaba en distancia por poco.

Sonrió y dejó caer otra lágrima.

Agradecía y odiaba esos sueños que le recordaban lo que había perdido.

Eran tan crueles.

Miró  hacia  el  techo  y  alargó  su  brazo  como  si  pudiera  tocar  el  techo estando  acostado.

No  podía  negar  lo  de  su  sueño.

Eran  un  buen  equipo.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2022 ⏰

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