*✿❀ ϲαρίτοℓ ύиιϲ ❀✿*

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Todo comenzó con dolores de cabeza.

Lo cual no es inusual, realmente —ellos están en descanso, pero siguen teniendo semanas enteras donde son transportados de un lugar a otro con entrevistas tomando sus oídos, repitiendo las mismas malditas preguntas una y otra y otra jodida vez y es tan cansador que Jisung piensa que podría explotar si una persona más le pregunta cuál es su tipo chica ideal.

Tierna, contesta. Que sepa cocinar, incluso. Sólo que él no quiere ninguna chica. No cuando tiene a Minho.

Sin embargo, ellos no necesitan saber eso.

Y no lo necesitan, pero aun así siguen preguntando y en tres semanas de promoción Jisung de verdad siente que su cabeza va a explotar, como si su cerebro latiera directamente contra su cráneo. Es horrible y no importa cuántas pastillas o cuántos vasos de agua y té tome no se detiene; el dolor disminuye un poco pero nunca se va realmente.

Es frustrante, pero no alarmante. Aún no.

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Hogar, piensa Jisung. Hogar. No puede esperar llegar a casa, donde puede deshacerse de sus jeans, acurrucarse debajo de las sábanas, cerrar sus ojos y dormir por una hora o quizás diez hasta que su cerebro esté completamente descansado sin sentirse como si fuera a explotar a través de su cráneo. Pero por ahora está atrapado en la parte trasera de un auto con Minho y un conductor que aparentemente no entiende que el silencio es oro.

Si estuviera en mejor estado, Jisung podría engancharse en la conversación, hablando emocionado y riendo ante los pobres intentos de bromas, pero ahora mismo no se siente bien, y Minho lo nota. Por supuesto que lo hace. Minho se da cuenta de todo.

"¿Tu cabeza otra vez, hm?" Minho murmura, sus labios presionados en la sien de Jisung. Él sólo asiente débilmente, soltando un suave quejido y acurrucándose al lado de Minho. Su cabeza sigue palpitando, pero con su cara enterrada en la estúpida y costosa camiseta negra de Minho se siente un poco mejor; porque todo lo que puede oler es Minho, cálido, familiar y hogareño. Dios, no puede esperar llegar a casa.

Llegan a su departamento justo cuando Jisung empieza a dormitarse. Minho agradece al conductor de forma rápida y amable —él siempre tan profesional— antes de colocar una mano en el hombro de Jisung y jalarlo hacia la puerta, incitándolo a apresurarse. Nadie sabe dónde está su departamento, pero siempre está la posibilidad de que alguien los reconozca y los siga a casa. Sus conductores usualmente son buenos asegurándose de que no los sigan, dándole vueltas al vecindario hasta que los posibles seguidores se confundan irremediablemente. Pero de todas formas, a Minho le gusta asegurarse.

Jisung se quita sus zapatos apenas pasa la puerta principal, haciéndose paso al sillón y enterrando su cara en una fea e incómoda almohada decorativa. Siente el sillón hundirse ligeramente bajo el peso de Minho mientras se sienta a su lado, apoyando una cálida mano en su espalda, alisando su camiseta y Jisung siente toda la tensión dejar su cuerpo, levantando su cabeza para darle a Minho una sonrisa agradecida.

Minho le devuelve la sonrisa, todo hoyuelos y dientes, dando palmaditas en su regazo y Jisung lo ama tanto que podría morir mientras arrastra su cuerpo y acomoda su cabeza en el cálido regazo de Minho. Sus manos están encima de él incluso antes de que se acomodara, dedos acariciando a través de su cabello y rascando su cuero cabelludo ligeramente. Jisung tararea agradecido acariciando la mano de Minho.

"¿Mejor, Sung?" Minho pregunta dulcemente, dedos presionando ligeramente en su sien y Jisung se las arregla para murmurar un uh-huh envolviéndose en el toque de Minho y su esencia y casi le asusta pensar que nunca sería tan feliz como lo es cuando está en los brazos del mayor.

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『ᎷᏆΝՏႮΝᏀ』❀ ʜᴏᴘɪɴɢ ᴛʜɪs ᴄᴏʟᴅ ʙʟᴜᴇ ᴡᴀᴛᴇʀ sᴄʀᴜʙs ᴍᴇ ᴄʟᴇᴀɴ ᴀɴᴅ sᴘɪᴛs ᴍᴇ ᴏᴜᴛ ᴀɢᴀɪɴ ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora