Friends {Raura}

XIX. Cumpleaños

Si empiezo otra novela, ¿quieren que sea raura u otros personajes?

Laura

Ross se había marchado hace ya dos semanas y lo extrañaba demasiado. Era increíble lo mucho que se puede sentir la ausencia de alguien, la casa estaba en silencio y la sentía solitaria. Ahora mismo estoy viendo una película, esperando la llamada de Ross ya que en unos minutos era mi cumpleaños, pero el timbre me interrumpe.

Me levanto rápidamente y corro a atender emocionada, quizás Ross había decidido sorprenderme. Abro con una amplia sonrisa la puerta, pero de inmediato la quito al ver a Jude ahí parado.

— Oh, eres tú... — murmuro, totalmente desilusionada.

— Es un gusto verte a ti también, Laura. — responde sonriendo divertido y yo me hago a un lado para que pase.

— Lo siento, tenía la esperanza de que fuera Ross. Aún no me ha llamado y ya es mi cumpleaños.

— Recién acaban de tocar las doce, ya llamará. — me asegura. — Por cierto, feliz cumpleaños.

Jude me tiende un obsequio y yo le sonrío levemente. — Gracias, Jude. No hacía falta.

Lo abro y jadeo sorprendida al ver la hermosa pulsera que descansaba allí. Por Dios... Debía valer una fortuna.

— Joder... No era necesario... — murmuro, admirando el hermoso regalo que me había hecho. — Muchísimas gracias, en serio.

— No es nada, eres una excelente compañera de trabajo y ha sido un placer tener la oportunidad de cerrar un caso contigo.

Habíamos trabajado día y noche en el caso de estafa, tiempo que también aprovechamos para conocernos mejor y que me sirvió para darme cuenta que en realidad es una excelente persona.

— Realmente extrañaré trabajar contigo, ha sido increíble. — le respondo sinceramente.

— Deberíamos ir a cenar para celebrar. — propone.

— No creo que sea buena idea... Ross se molestaría.

— Ross no es tu dueño. Además, mi padre me ha dicho que ha estado cenando con una amiga durante estas noches. ¿Por qué tú no?

— Espera, ¿qué? — pregunto, sorprendida.

— ¿No lo sabías? Pensé que la conocías a esta chica y estabas al tanto.

— Ross no tiene amigas. Sus únicas amigas hemos sido mi hermana y yo. ¿Quién es esta mujer?

— No lo sé, creo que se llama Katherine.

— Agh... Tiene nombre de zorra.

Jude suelta una carcajada y niega con la cabeza. — Estoy seguro de que no es nada malo. Deben ser solo amigos.

— Por eso no me ha llamado aún... Está con esta mujer... — murmuro, pero en ese momento mi teléfono suena.

— Debe ser Ross.

Asiento y atiendo en seguida, pero me llevo mi segunda decepción de la noche. No era Ross. Era el señor Davis, el padre de Jude.

— ¡Feliz cumpleaños, Laura! Espero que pases un increíble día. Imagino que ya estás disfrutando mi regalo, ¿verdad?

— Muchas gracias, Richard. ¿Y qué regalo? No me ha llegado nada.

— Ross, por supuesto. Le he dado el día libre hoy y el resto del fin de semana. Me dijo que llegó hace como tres horas.

— Ross no está aquí... ¿Estás seguro que te dijo que llegó? — pregunto preocupada.

— Si, claro. Además el piloto me ha confirmado que llegó sano y salvo.