Capítulo 14

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-¡cómo fuiste capaz de esconder algo así!-le gritó Luana- ¿sabes lo difícil que fue para mí pensar que ese asqueroso era mi padre después de todo lo que me hizo? -le dijo mi amiga herida-.
-no era mi responsabilidad decirles, sin embargo, lo he dicho porque estando aún acá pueden hacer el trámite.

La situación era la siguiente, luego del funeral Antar decidió soltar que Paulo Oliveira nunca fue el padre biológicos de ellos, sino que el padre biológico de ellos era André Dos Santos, ex policía asesinado en un operativo de narcotráfico, la verdad es que sentí pena por mi novio.

-la verdad es que estoy aliviado de que ese bastardo no sea mi papá -habló por fin Ciro- y aún que fue tarde estoy agradecido de que lo hayas contado-lo abrazó-.
-¿que edad tenía cuando papá murió? -le dijo Luana con la mirada quebrada-
-yo tenía ocho, tú dos años y Ciro estaba casi por nacer.
-no voy a perdonarte nunca esto Antar -le dijo Lu con resentimiento y se fue, seguida de ella la siguió mi hermano-.

Ciro y Helena igual decidieron dejarnos solos, ya que Antar estaba deshecho.

-mi amor ¿quieres contarme? -me preguntó mi amada- -mi padre era un hombre muy bueno, cariñoso y atento tanto con mamá como con nosotros, cuando tenía ocho años mamá me dijo que mi padre había sido asesinado en un operativo y sentí la necesidad de...

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-mi amor ¿quieres contarme? -me preguntó mi amada-
-mi padre era un hombre muy bueno, cariñoso y atento tanto con mamá como con nosotros, cuando tenía ocho años mamá me dijo que mi padre había sido asesinado en un operativo y sentí la necesidad de protegerla a ella y a mis hermanos -la miré aún inmerso en mis recuerdos- cuando mamá conoció a Paulo, el se mostró como una buena persona, nunca se casaron porque mamá dice que solo se podía casar una vez en la vida, le dio el apellido a mis hermanos, que de parecían más a mamá ya que el no podía tener hijos -Matilda me miraba con pesar- a mi nunca me lo dio porque yo era igual a mi padre y además estaba muy grande, un día él llegó bebido a casa y fue ahí cuando mostró su verdadera cara yo para ese entonces tenía quince, Luana nueve y Ciro solo tenía cinco años, sin razón aparente trató de golpear a mamá y yo me interpuse recibiendo los golpes que eran para mamá -Matilda me tomó la mano- los años siguieron pasando y lejos de disminuir su agresión se ensañó conmigo ya que nunca dejé que le pegará ni a mamá ni a mis hermano, cuando entre a la universidad tenía que mentir por mis golpes y ya en el último año de enfermería, venía llegando de una práctica y vi a mi hermana afuera de casa con moretones y llorando de forma desgarradadora, apenas me vio -la voz se me quebró y mi pequeña me abrazó por la espalda- ella me abrazó y me dijo que él la había violado, vi todo rojo y entre aún con los gritos de Lu atrás, lo golpeé con tanta fuerza que los vecinos llamaron a la policía.

-¡te mataré! -le grité mientras la policía me llevaba a la estación-

Pasé la noche y a la mañana ya me habían liberado, Roberto Ferreiro uno de mis profesores de la universidad el cual era un gran amigo me había pagado la fianza.

-cuando llegué a la casa el bastardo estaba ahí muy campante, mamá le dijo que retirara la denuncia y ella retiraba la que había hecho en su contra, me llevé ese mismo día a Lu y Ciro a casa de mi profesor y su esposa, estoy muy agradecido con ellos, ya que ayudaron a Lu a superar lo que había vivido y también con Ciro, me esforcé para juntar el dinero suficiente para llevarmelos, quería que mamá viniera con nosotros, pero ella no quiso.
-es por eso tus cicatrices en el cuerpo -nos acomodamos ambos y pude ver como ella lloraba-.
-mi amor estoy bien ahora -la abracé-
-no es justo -habló con dificultad producto del llanto- tuviste que vivir cosas innecesarias, marcas que te recordaran ese proceso.
-si no hubiese vivido todo aquello jamás tu te hubieses cruzado en mi camino cariño -la besé con todo el amor que tenía para entregar - fuiste mi luz al final del túnel.
- y tu la mía.





- y tu la mía

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Ya habíamos vuelto a California ¿lo peor? Luana seguía molesta con Antar apesar de que ya llevábamos dos meses acá y debido a los trámites hoy los apellidos de Ciro y Lu eran oficialmente Dos Santos Sousa.

Antar trataba de mostrarse fuerte, pero la indiferencia de mi amiga le dolía.

-hoy no quiero ver noticias -me dice Lu-
-¿Cuando dejarás de estar molesta con Antar?
-¿otra vez con eso? -dijo molesta-.
-es que no puedo creer que culpes a tu hermano por decisiones que tu madre tomó, el trató de ser un padre para ustedes.
-nadie se lo pidió.
-aún así hizo lo mejor para ti y Ciro -me levanté del sillón enojada-.

Salí de casa de los Dos Santos y me fui a casa, debía hacer unos últimos trabajos y luego planearia el cumpleaños de Antar el cual era el 15 de marzo por lo cual solo quedaban cinco días y debía prepararle algo.

Una vez en casa miré las maquetas que Antar me había ayudado a hacer y sonreí, mi teléfono vibró y pude ver que era un mensaje de Kara preguntándome si confirmaba la cita que teníamos mañana y le dije que sí, volví a meter mi teléfono en el bolsillo y caminé a mi habitación.

Matilda (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora