♡:Uno:♡

5.7K 831 220
                                    

Suspirando, TaeHyung caminaba por la calle, atravesando el sinfín de hilos a su alrededor, como si fueran nada. Tarareaba una canción; ya estaba tan acostumbrado a verlos que solo los ignoraba. Los hilos del destino se entrelazaban, buscando su otra parte. En varias ocasiones, más de alguno lo rodeaba, pero ni siquiera les daba importancia. Todo el mundo le restregaba en la cara sus hilos rojos.

Era raro, pero en su familia tenían esa extraña magia: el poder ver los hilos del destino y la capacidad de tocarlos y cortarlos. Una magia poco común y, a la vez, irrelevante, pero muy solicitada por los solitarios desesperados. Era prohibido cortar el hilo de alguien, pero había quienes hacían ese trabajo clandestinamente, amarrando a otros a alguien más.

TaeHyung detestaba tener esa magia, porque lo hacía irresistible para cualquiera. Así que era frecuente enredarse con el hilo de los demás. Era molesto, especialmente porque carecía de un compañero. Su destino ya había muerto; no había nada más que un hilo roto en su meñique.

Al llegar al colegio de magia, fue a su salón. En la primera hora le tocaba matemáticas. A pesar de ser una escuela de magia, también les enseñaban otras cosas. No sabía en qué le iba a servir sumar X e Y, pero para algo lo ocuparía, nunca se sabe.

Al tomar asiento en el salón, todos tenían un compañero de asiento, pero él estaba solo por razones de seguridad. Los demás no se concentraban al tenerlo como compañero debido al efecto de su magia, y solían acosarlo. Su magia era visual, así que su bonita apariencia también era un problema. Por eso se sentaba hasta el fondo. Tampoco le importaba, era muy tranquilo ahí y tenía una bonita vista desde la ventana.

—¿Escuchaste sobre el chico nuevo? —dijo una de las chicas que estaba delante de él.

—No —negó. No hablaba mucho con los del salón, así que se enteraba tarde de las cosas. A la chica le gustaba, así que siempre intentaba sacarle plática, pero TaeHyung sabía que era por su magia, así que trataba de evitarla. Si se involucraban mucho, podía terminar obsesionándose.

—Dicen que es el hijo de uno de los cinco más grandes magos del consejo, del mago YoonGi —dijo impresionada, ya que era un mago oscuro, la magia más peligrosa. Así que los usuarios de ella son raros—. Debe de ser un chico temible.

—También dicen que es un experimento fallido del mago Min, pero son solo rumores —dijo un chico acercándose, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Se detuvo al lado del escritorio de TaeHyung—. Hola —sonrió de manera coqueta al hacer contacto visual con TaeHyung.

El castaño sonrió falsamente y desvió la mirada. Fue tan falsa que se notó a kilómetros y no le importaba. Mientras más notaran que no los quería cerca, mejor. El año pasado, un chico fue expulsado por acosarlo a tal punto que se metió en su casa.

—No me interesa. ¿Podrían dejarme solo? —pidió. Ambos chicos se voltearon a ver, pensando que les hablaba a uno de ellos, así que se dedicaron una mala mirada, queriendo que se fuera el contrario.

El maestro entrando al salón hizo que esos dos volvieran a sus lugares sin pelearse.

—Buenos días, clase. ¿Amanecieron bien? —preguntó el maestro, dejando sus libros sobre el escritorio.

—Bien —respondieron algunos alumnos animados. TaeHyung solo suspiró y miró por la ventana.

—Me alegra —sonrió feliz apoyándose en el escritorio—. Supongo que la mayoría ya lo habrá escuchado, pero tenemos un alumno nuevo —dijo, y algunos dejaron escapar un suspiro. No esperaban que fuera en su salón. Murmuran algunas quejas, pero nadie se atrevió a decirlo en voz alta—. Por favor, pasa —pidió, viendo en dirección a la puerta, pero nadie entró—. ¿Joven Min? —lo llamó, acercándose a la puerta.

::Hilo Rojo:♡:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora