Con un gesto de aburrimiento, TaeHyung se estiró mientras caminaba por el pasillo. Odiaba los lunes, no por tener que volver a la escuela, sino por esa tediosa reunión de la primera hora. Todos se reunían en el patio, y él detestaba quedarse de pie más de media hora solo porque al director le gustaba hablar demasiado.
Al ubicarse en el lugar correspondiente a su salón, buscó con la mirada a JungKook, pero no lo vio junto a sus compañeros. Frunció el ceño, echando un vistazo a su alrededor. Tardó un poco, pero finalmente lo encontró caminando con otro grupo.
Suspirando, se salió de la fila y fue tras él. —¡Hey! —gritó para llamar su atención. Desorientado, JungKook volteó, buscando el origen de la voz. —¿Por qué siempre te pierdes? —le regañó TaeHyung, tomándolo de la mano para guiarlo de vuelta.
—Con tanta gente me desoriento —confesó JungKook, dejándose llevar—. Siento las presencias, pero no sé quién es quién.
—Lo entiendo, pero te pierdes muy fácil y me preocupa, por eso te dije que no te adelantaras —comentó TaeHyung mientras lo acomodaba en la fila, justo delante de él.
Los minutos pasaban lentamente y a TaeHyung ya le dolían los pies. Al menos estaban bajo la sombra. —Mis pies me están matando —murmuró, apoyando la cabeza en la espalda de JungKook. Aunque inicialmente solo seguía para asegurarse de que no lo acosaran pervertidos a él, había terminado siendo él quien cuidaba de JungKook. En esa semana de clases ya se había desubicado un par de veces.
JungKook, sin darse la vuelta, levantó la mano y dio unas palmaditas en la cabeza de TaeHyung. —No mueras, por favor. Si es necesario, llamaré a un doctor —Respondió, haciendo reír a TaeHyung. Sabía que JungKook se tomaba todo muy literal. TaeHyung lo detuvo de la camisa antes de que se alejara.
—Es solo una manera de decir que estoy cansado —rió TaeHyung—, no me tomes tan en serio.
El maestro, irritado, les lanzó una mirada severa. —¡Silencio! —ordenó, y TaeHyung hizo una pequeña mueca mientras volvía a erguirse, mirando hacia adelante.
Aburrido, fijó la vista en la nuca de JungKook. Hacía días que lo había notado, pero no dejaba de sorprenderle lo pálida que era su piel. Parecía que casi nunca salía al sol. Es como un vampiro con piel de porcelana.
—Pareces un muñeco porcelana —susurró TaeHyung, rozando suavemente su nuca con los dedos. El toque hizo que JungKook se estremeciera, llevándose la mano al cuello, sorprendido. Aunque no se le podía ver por la máscara, TaeHyung supo que estaba sonrojado ya que hasta su cuello se coloreo, desventajas de una piel tan clara.
—No hagas eso, da cosquillas —pidió JungKook, agachando un poco la cabeza.
—Lo siento —rió TaeHyung.
—¡TaeHyung, última advertencia! —gruñó el maestro, visiblemente molesto. TaeHyung hizo un puchero y cruzó los brazos.
—¿Advertencia de qué? —preguntó JungKook, mirando al frente pero confuso.
—De un castigo. A la tercera, tendré que sancionarlo —explicó el maestro.
—¿Por qué? —insistió JungKook.
—Porque no deja de hablar.
—¿Y eso es malo? ¿No es suficiente castigo estar de pie 40 minutos bajo el sol, escuchando al director? —replicó JungKook, provocando que el maestro se quedara sin palabras. No podía tomarse en serio a alguien que llevaba una máscara de conejito.
—Solo compórtense, ya casi termina esto —dijo el maestro con tono derrotado. No satisfecho con la respuesta, JungKook volvió a mirar al frente, mientras TaeHyung disimulaba un bostezo.
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::Hilo Rojo:♡:KookV::
FanfictionDonde TaeHyung es un mago del amor, su magia le permite ver los hilos del destino, pero el suyo está roto. Pero con la llegada de un nuevo alumno comienza a notar un comportamiento extraño en su hilo.