El Informe del Forense

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Hermione caminaba muy sonriente por las oscuras calles de Londres muggle, no llevaba su varita con ella —un grave error, del cual muy pronto se lamentaría— ¿para qué?, si desde hace dos años todo esa guerra había terminado, ahora eran épocas de paz, todos los mortífagos estaban en Azkaban pagando su condena.

Pero no era momento de hablar de esas escorias. No, ahora que Hermione se encontraba muy feliz, y eso se debía a que Draco Malfoy le había pedido matrimonio, y ella llena de amor había aceptado sin titubear. Cada cinco segundos miraba el anillo que Draco le había dado para sellar su compromiso —un hermoso anillo con diamantes y en el centro una esmeralda— aun no podía creer que todo eso esté sucediendo, así como tampoco creyó cuando hace dos años vio a Draco Malfoy acercarse a ella, pero esta vez no era para insultarla, si no para pedirle perdón por todos esos años de malos tratos.

Nunca se imaginó que luego de las disculpas del rubio, empezarían con las salidas como amigos, cada vez más constantes, hasta que llego el punto que ninguno de los pudo aguantar más el amor que sentían el uno por el otro. Y ahí estaba ella, felizmente comprometida con Draco, y lo mejor de todo era que sus amigos lo habían aceptado. La castaña se sentía en las nubes.

Hasta que una voz la hizo bajar de ellas.

—Hermione Granger —esa voz se le hizo muy conocida a la castaña.

—¿Quién eres? —le preguntó a la sombra.

Una risita socarrona fue su respuesta. Y saliendo de entre las sombras, fue cuando lo reconoció.

—¿Tú?

—Vaya, veo que aún me reconoces —dijo caminando hacia ella—, me entere que tenías una relación con Malfoy.

—Eso a ti no te importa —dijo Hermione con enojo.

—Claro que me importa, todo lo que tenga que ver contigo me importa —Hermione decidió alejarse de él, pero apenas trato de dar un paso, una mano la tomo del brazo—. Suéltame —exigió.

Hermione empezó a forcejear y en una de esas, el hombre noto su anillo.

—¿Te vas a casar con mortífago? —preguntó con reproche.

—¡Sí! —contestó Hermione firmemente.

El hombre saco su varita y la apunto en el cuello.

—No lo vas hacer, antes te mato —la amenazó. Hermione lo miró horrorizada, estaba indefensa, no tenía su varita y no había nadie quien pueda ayudarla de un mago.

Hermione no tuvo tiempo de contestar, solo sintió el muy conocido tirón en el ombligo y cuando abrió los ojos, vio que estaba en un bosque. El hombre la aventó al suelo sin consideración, haciendo que la chica se golpeé fuertemente el cuerpo. Luego él se agachó junto a ella, Hermione trato de alejarse, pero él fue rápido y la tomo del cuello y volvió apuntarle con la varita.

—Me rechazaste a mí, por ese mortífago. No voy a permitir que te cases con ese —Hermione cerró los ojos, pensando en una forma de librarse de él—, te voy a matar —susurró en su oído, y Hermione se estremeció, era su fin—, pero antes —paso su varita por el centro de los pechos de la chica, Hermione al sentir ese contacto abrió los ojos.

Ella luchó con todas sus fuerzas,

Pero más lucho aquel cafre para abrirle las piernas

Hermione forcejeó para librarse de él, no iba a permitir que la violase, en un descuido de él, ella logro arañarle el cuello, pero fue peor para ella, porque él con una sola bofetada la atonto. Este aprovecho para arrancarle la blusa, los botones salieron volando y cayeron en todas direcciones, Hermione volvió a defenderse y le cayó otra bofetada, que la dejo sin fuerzas, el hombre aprovecho para desnudarla completamente.

El Informe del Forense (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora