Capítulo 1.

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-"Tenemos que hablar"-¿Han oído hablar de esa frase? Se usa cuando tienes que decir algo serio y muy importante.

-"Te veo en Fredo's en 20 minutos, todo esta bien?".

- "En 20 :)".

Mas de un millón de veces armé un discurso en mi cabeza, basicamente decía lo mismo, pero las ideas se mezclaban al reperirlo una y otra vez. 'Tranquila, no es como si alguien se fuera a morir ¿No? Nadie puede asegurarlo ¿Y SI MARCO MUERE? Yo no puedo hacer esto, es imposible "Nada es imposible" Gran momento para traer a colación una frase de Marco cerebro, gran momento.

El frío de afuera era impresionante pero gracias a mis descontrolados nervios no sentía nada de él. Movía mis piernas tanto que una señora sentada en la mesa del lado me miró extrañada, le devolví una sonrisa. ¿Que iba a pasar ahora? ¿Ibamos a odiarnos? ¿No hablaríamos mas? Juro que podría morir si pasaba mas de una semana sin hablar con Marco.

Sentí algo enterrarse en mi cuello y besarlo suavemente, no pude evitar cerrar los ojos ante la placentera sensación que él provocaba en mí.

- Ho-Hola- Dije como pude. Con mis manos intenté alejarlo sutilmente.

- Buenas tardes, linda Jules- Sus ojos tenían un destello en particular hoy. Tomó asiento en la silla del frente.-¿Me quieres decir por qué me citaste con tanta prisa el día de hoy?.

- Tenemos que hablar - Okay Jules eso ya lo dijiste, contrólate- E-Es decir, tengo que decirte algo- Mierda ¿Alguna vez estuve tan nerviosa como ahora?.

- Claro amor, lo que sea, dime - Su cara se veía hermosamente preocupada.

- Marco, ¿Tu sabes que te amo cierto?.

- Claro que lo sé Jules - Sonrió angelicalmente casi derritiéndome. Basta Jules, no hagas esto mas difícil- Yo tambien te amo, y mucho.

- Necesito que lo sepas, y que lo tengas en mente en todo momento -  Rayos, esto de verdad es imposible- Marco yo... yo quiero- Uno nunca sabe el coraje que tiene hasta que lo pierde en momentos como estos- Quiero terminar con tigo- Solté casi en un suspiro. Su rostro se desencajó completamente, nunca lo había visto así, estaba helado, sin espreción alguna. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y ,casi como si hubiera sido una reacción en cadena,

los míos también.

- ¿Tú qué? - Dijo apenas audible para mis oídos. Dios este era el peor momento de mi vida, definitivamente esto dolía como nada antes lo había hecho.

- No me hagas repetirlo Marco, porfavor.- No tenía derecho a hacerle esto, casi estaba muriendo por dentro, podía verlo en sus ojos- Yo te amo pero - Me interrumpió.

- No - Me miraba con rabia y dolor al mismo tiempo, esto nos estaba destrozando a ambos- No te atrebas a decir que me amas Jules, si de verdas me amaras no me harías esto - No sabía qué responderle, ni si quiera podía formular palabra alguna, un nudo en mi garganta me lo impedía.

- Lo siento - Dije con la poca fuerza que reuní.

- ¿Lo sientes? -Agaché la mirada-¡Mierda Jules! ¡¿Qué hice mal?!...¿Qué demonios hice mal?.

- Marco esto también es difícil para mi - Me atreví a mirarlo. Las lágrimas en su rostro eran menos y su mirada furiosa me estaba penetrando por dentro.

Hubo un silencio de varios minutos hasta que lo rompió.

- Pues no parece - Se levantó y se fué de allí, dejándome completamente sola. Mis lágrimas comenzaron a fluír descontroladamente.

Esas palabras. Decían tanto, en tan poco. Nunca creí que alguien como Marco pudiera decirme esas palabras, esas simples y penetrantes palabras que no pararon de resonar en mi cabeza en el camino a casa. Era como si tomara cada uno de los recuerdos que teníamos juntos y los destrozara frente a mi. Me invadía una sensación totalmente desconocida para mi. Tristeza, de la verdadera.

Apenas llegue a mi casa mi madre estaba en la cocina por lo que no pudo ver en el estado en el que estaba, de haberlo hecho estoy segura de que me habría hecho un listado de preguntas infinitas. Le texteé a Emily.

- "Lo hice"

- "Voy para allá" Por eso la amo.

10 minutos mas tarde sonó el timbre de mi casa y escuche como mi mejor amiga dialogaba con mi madre, mas tarde sentí como la puerta de mi cuarto se abría y sin decir nada la rubia se acercó y me abrazó. Entre tantas cosas, Emily era de esas personas que sin decir nada lo dicen todo, ese abrazo me valía mas que infinidades de "estaré siempre para ti" "te amo" o "para esto somos las mejores amigas". Mis lágrimas no tardaron dos segundos en salir.

Dos horas mas tarde nos encontrábamos buscando algo bueno para ver en la televisión. Yo estaba en mi cama mientras que ella en el sillón de mi habitación y desde allí conversábamos .

- No quiero hacerte pensar en esto pero ¿Qué pasará ahora? Digo, con el grupo.

- No lo sé, si por mi fuera seguiría todo igual, es decir, no quiero perder relación con ninguno de ellos.

- Sabes que nada será igual a partir de ahora ¿Cierto?

- Lo se, y me duele saber que es por mi culpa.

- Amiga, nada de esto es tu culpa, ni de Marco, ni de nadie. Las cosas se dieron así y paso lo que paso y por algo paso. No quiero que te culpes mas por eso.

- Es que ni siquiera se porque lo hice. Es decir, si, todo se estaba volviendo tan monótono y pesado pero yo...yo podría haber aguantado un año y medio mas, por lo menos para que terminemos la secundaria todos juntos.

- Primer punto: La secundaria la terminaremos todos juntos de cualquier manera, y segundo punto: no hubiera tenido sentido cargar con ese peso en la espalda solo por ver al grupo unido. Además es una excelente oportunidad para ver quien es lo suficiente como para quedarse y quien no.

- Tienes un buen punto. Un cruel y buen punto.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2015 ⏰

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