one-shot

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Kyungsoo juró que su corazón se paró unos segundos antes de volver a latir frenéticamente.
Después de tediosos minutos estirando su cuerpo inútilmente, alguien con un poco de consideración, había hecho el buen gesto de alcanzar el libro con pasta color gris y entregárselo con una sonrisa ladina. Las mejillas de Kyungsoo enrojecieron violentamente, murmurando un suave "Gracias" para volver al punto de ahora, perdido en algún lugar de los ojos oscuros. El chico más alto, emitió una risa con la burla apenas asomándose por aquellos labios. "No hay de qué", había respondido. El pelirrojo, dando por terminada la corta plática y olvidándose de la penosa experiencia de hace segundos, dio vuelta hacia la estantería de libros, retomando su tarea de encontrar los títulos que estaba buscando. El moreno se sentía insatisfecho. Por eso le preguntó al chico pelirrojo si sería tan amable de ayudarlo a buscar algunos libros para su clase de historia. Kyungsoo tardó minutos en responder. Después de procesar la simple pregunta, movió su cabeza de arriba a abajo rápidamente y curvó sus labios en una pequeña sonrisa.

Su nombre era Jongin, se acababa de mudar hace poco a Seúl para terminar sus estudios y buscar una universidad. Era menor que Kyungsoo a pesar de ser más alto y de mandíbula más marcada. A los dos les pareció gracioso ese hecho.
Jongin no pasó por alto el rubor en las mejillas del otro cuando le dijo lo atractivo que se veía con ese suéter azul. Kyungsoo sintió un apenas perceptible cosquilleo en la boca de su estomago. Jongin hizo una nota mental de hacer sonrojar a Kyungsoo más seguido.

Pasaron días para que el hombre de sonrisa deslumbrante, volviera a la vieja biblioteca. En ese tiempo, Kyungsoo iba más seguido para probar su suerte y encontrarse de nuevo con el chico.
Los ojos de este brillaron cuando alzó la vista de su libro y observó su cuerpo caminar hasta los pasillos de fondo de la biblioteca, sintió un poco de desilusión ya que Jongin no lo notó a pesar de que pasó junto a la mesa donde se encontraba leyendo.
Pero pronto deshecho la tristeza cuando sintió un cuerpo sentarse junto a él. Giró su rostro para comprobar que era el chico alto, y sintió un hormigueo en todo su cuerpo, seguido de un revoloteo leve en su estomago.
Jongin se acercó más a él con la excusa de estar interesado en lo que leía el chico pálido.
Esa tarde fría de Noviembre, Kyungsoo la sintió bastante cálida al estar junto al cuerpo ajeno. Compartiendo ideas, conocimientos y experiencias, analizando el rostro contrario y dando pequeñas y tímidas caricias.
Cuando el cielo oscuro reemplazó el cielo anaranjado del atardecer, un empleado se acercó para avisarles que ya cerrarían. Jongin se ofreció para acompañar a Kyungsoo a casa, el bajito aceptó feliz y un poco avergonzado.

Baekhyun no entendía porqué había un arreglo floral al pie de la puerta de su apartamento compartido, Kyungsoo se hizo paso y el otro fue testigo de como sus ojos brillaron al ver las flores y la tarjeta que venía con ellas.
Después de ver a su amigo suspirar y reír como colegiala por horas, entendió que las flores eran de parte del hombre del que su amigo no había parado de hablar semanas atrás.
Los siguientes días de la semana no eran muy diferentes a ese Lunes. Baek hacia un esfuerzo sobrehumano para no rodar los ojos frente a Kyungsoo cuando éste entrara con algún regalo diferente. Ese Jueves, eran chocolates en forma de corazón.
Kyungsoo suspiraba cada vez que mordía algún chocolate. Disfrutaba la sensación de revoloteo en su vientre cada vez que pensaba en Jongin mientras tragaba el dulce, así alimentando a las mariposas en su estomago.

El siguiente encuentro con Jongin fue inesperado. Kyungsoo pensó que el destino los quería juntos al verlo en el parque esa mañana. No dudó acercarse a él y abrazarlo por la espalda, sorprendiendo al moreno quien jugaba con un perro mediano y café.
No tardó en agradecerle por los presentes de la semana anterior, mientras que el moreno se esforzaba en ser paciente y esperar a que terminara de hablar y agradecer antes de besarlo fugazmente.
Las mariposas en el estomago de Kyungsoo crecieron hasta ser medianas y más coloridas, entre azules, rojos y leves pinceladas de amarillo y rosa.
Kyungsoo sonrió en el beso, antes de pasar sus brazos por el cuello de Jongin y acercarlo más a su rostro. El otro pasó sus brazos por su cintura y lo alzó del pasto verde con el roció mañanero.

Mariposas. (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora