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Amber Sampaio.

Luego de la fiesta junto con las chicas decidimos irnos a casa de la cumpleañera, dónde otra ronda de licor nos esperaba como en cada pijamada que planeamos.

Me dejo caer en el suelo de la cocina al ver lo cómodo que se ve, con el gran festejo de anoche me sentía tan cansada que no me importaba dormir aquí, a parte de que el sol de la mañana se veía agradable desde aquí. La fiesta terminó temprano, sin embargo, todos estábamos lo suficientemente tomados y la resaca se apoderó de cada cuerpo.

Lydia hace su aparición y puedo ver lo demacrada que está, unas ojeras oscuras adornan su angelical rostro, al verme tirada en el piso ella se sorprende y sonríe divertida.

—¿Resaca? —pregunta Lydia divertida mientras agarra una taza para llenarla de café puro.

—Resaca es poco —susurro, el dolor de cabeza lo tenía realmente fuerte —¿Y tú? No te ves nada bien —río.

—¿Cierto? —se toca la cara —no podía creerlo cuando me miré en el espejo, estoy horrible —hace una pausa y me mira fijamente hasta que una carcajada abandona su boca —¿puedes levantarte de allí? No puedo tomarte en serio —sigue riendo y yo procedo a levantarme para sentarme en algún taburete.

—Buenos días —llega Alice sonriendo —me siento fatal.

—Pero mientras bebían no pensaron en eso ¿verdad? —Lydia enmarcó una ceja divertida.

—No te equivocas mi querida Lydia —palmeo su espalda y me levanto para tomar una taza y llenarla de café —¿Camille sigue dormida? —pregunto al ver que falta la rubia en la habitación.

—Aquí estoy —suspira sonriendo y hace su aparición deslizándose sobre sus pantuflas rosas —fue una noche especial, no pensé que sería así —vuelve a suspirar, aún sonriendo.

—¿Por qué tan sonriente? —inquiere la pequeña Alice.

—¿No vieron lo que sucedió anoche? —inquirio sorprendida —será algo que jamás olvidaré.

Su mirada era rara y no era de la misma Camille de siempre, ella siempre anda siendo sarcástica y/o divertida, pero está es la gran excepción, después de tantos años nunca he visto a la rubia con ese brillo tan peculiar en sus ojos.

—¿Qué fue lo que pasó? —pregunto aún confusa y ella me mira.

—Louis y yo nos besamos —confiesa y la sonrisa jamás abandona su rostro, por otra parte Lydia al escuchar eso comienza a toser por haberse ahogado con el café que tomaba.

—¡Lydia! —doy pequeños golpes en su espalda y ella logra calmarse, sin embargo, sigue teniendo una pequeña tos —¿Estas bien? —ella sonríe.

—Sí, estoy bien, sólo me sorprendí... Y bastante —agrega divertida y reímos.

—Les contaré —la rubia se sienta en un taburete dispuesta a contarnos todo —estaba bailando con Shawn hasta que llega alguien y toca su hombro —hace una pausa —ese alguien era Louis ¡Louis Tomlinson! —chilla emocionada.

—Sí, ya sabemos quien es Louis —agrega Alice divertda.

—¡No me interrumpas enana! —Camille señala a la pequeña Alice con su dedo —procedo, cuando toca el hombro de Shawn le dice que Kristal lo estaba buscando y Shawn se va muy rápido, por no decir que salió corriendo —reímos, para nadie era algo nuevo saber que al castaño le gustara la menor de las Kardashians, gracias a su comentario en Instagram el mundo entero lo supo —entonces él se va y yo estaba dispuesta a abandonar la pista de baile hasta que tomó mi brazo y se ofreció para bailar conmigo, bailamos bastante —sonrió, supongo que recordando lo que sucedió —y nos acercábamos cada vez más, hasta que sucedió, nos besamos y fue hermoso —explico.

Fame | Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora