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Yoongi durmió por 4 horas y María apenas la mitad, cuando despertaron estaba acurrucados juntos en la pequeña cama y el sonido de pasos comenzaron a sonar a lo lejos antes de que la puerta se abriera, sobresaltándolos.
—Kamela ap-eseo bichnal sigan «Es hora de brillar frente a la cámara» —habló uno de los hombres, trayendo consigo un celular.
El siguiente que entró tenía una silla y cuando la colocó contra una pared, le hizo señas bruscas a Yoongi para que se sentara. No llevaban guantes y María pudo notar que el hombre que sostenía el celular tenía un pequeño tatuaje de un ancla sobre el dedo pulgar, ansiosa apartó la mirada y se quedó inmóvil intentando no llamar la atención.
Cuando Yoongi tomó asiento entraron los otros secuestradores, cerrando la puerta tras ellos y logrando que el lugar se sintiera aún más pequeño. Para mayor desagrado de María, uno de los 4 tomó asiento junto a ella en el colchón y comenzó a acariciar su muslo, riendo por lo bajo y haciendo que María sintiera ganas de echarse a llorar.
—No la toques —Exigió Yoongi realmente molesto removiéndose en la silla y mirando al hombre con odio.
—Tu concentrare en leer esto frente a la cámara —le contestó irritado un hombre que le extendía una hoja de papel.
—Hazlo convincente —demandó el hombre de la voz calmada, hablando de pronto.
El hombre que sostenía el móvil le indicó a Yoongi que comenzara a leer y él se limitó a asentir con la cabeza y mirar las palabras en el papel.
—Este es un mensaje dirigido a Bighit. Quiero decirles que he sido secuestrado y —Yoongi no pudo evitar reírse un poco mientras leía— Este texto es estúpido.
—No sabía que eras crítico literario, maldito imbécil —dijo uno de los tipos acercándose con ganas de darle un puñetazo al chico— limítate a leer.
—Bien lo haremos de nuevo, obedece o te vamos a partir esa carita de niña tienes —exigió el que sostenía el celular para luego indicarle a Yoongi que estaba grabando.
—Este es un mensaje dirigido a Bighit. Quiero decirles que he sido secuestrado y mis secuestradores han dejado en claro que mi vida depende de que paguen el dinero a tiempo y no se pasen de lis... ¡Hey, suéltala maldito! —gritó Yoongi notando que el tipo sentado junto a María estaba tapándole la boca y metiendo su mano dentro de la cinturilla del pantalón de esta.
Yoongi se levantó tan rápido que nadie en la sala pudo reaccionar a tiempo y logró darle un puñetazo al abusador al tipo antes de que fuera arrastrado por dos pares de manos. Los golpes y las patadas vinieron de todas las direcciones, María gritó aterrada e intentó meterse en medio de la golpiza, pero sólo consiguió que te diera una cachetada las fuerte que la dejó en el suelo brevemente mareada.
Los golpes llovían y los insultos no se hicieron esperar, Yoongi abrazó su cabeza intentando cubrirse la cara, pero uno de ellos –el que sostenía el celular antes– tironeo de sus brazos y comenzó a estamparle puños en la cara, haciéndolo saborear su propia sangre casi de inmediato. Cuando todos se calmaron, arrastraron el cuerpo y lo sentaron en la silla, extendiéndole el papel.
Una mano tomó un puñado de su cabello y le levantó la cara para mirarlo a los ojos.
—Lee el maldito papel y que se te note mucha desesperación, porque si tenemos que grabar una toma más, cada uno de nosotros se va a turnar para violar a la maldita perra extranjera que está llorando por allá atrás, ¿entendiste? —habló entre diente el hombre antes de soltar el cabello y alejarse un poco.
Con el teléfono nuevamente frente a su cara Yoongí escupió un poco de sangre y comenzó a leer el texto, sintiéndose verdaderamente nervioso mientras miraba de vez en cuando en dirección a María, notando que su boca sangraba abundantemente y sus ojos vidriosos lo miraban con mucha preocupación.
—Este es un mensaje dirigido a Bighit. Quiero decirles que he sido secuestrado y mis secuestradores han dejado en claro que mi vida depende de que paguen el dinero a tiempo y no se pasen de listos contactando a la policía —Yoongi escupió un poco de sangre y miró a la cámara directamente— mis secuestradores desean recibir 4 millones de dólares en efectivo, desea que lo dejen en el lado B del puente Won Hyo en el río Han a las 3 de la mañana en bolsos deportivos de mano color negro. Tienen hasta el día 10 del presente mes para reunir el efectivo y dejarlo en el lugar y la hora prevista o mi cuerpo desaparecerá en algún rincón del país junto al de la chica que me acompaña.
Aunque la mención de María no estaba en el papel, ninguno de los hombres se quejó ya que parecían realmente satisfechos con el resultado final y sin decir nada más salieron uno a uno de la habitación, riendo con gusto y hablando animadamente.
Apenas la puerta fue cerrada, María corrió hasta Yoongi mirándolo con lágrimas en los ojos. El chico tenía toda la boca reventada y la nariz chorreando sangre, uno de sus ojos lucía levemente apagado y con el inicio de un hematoma formándose alrededor. Ella revisó brazos en busca de más heridas y tanteó ligeramente el torso de él en busca de alguna fractura.
Paró en seco al notar que los ojos gatunos la veían con mucha sorpresa. María no entendía de que habían hablado los hombres, pero sabía que los golpes en la cara de Yoongi se debían a la intervención de muchacho cuando notó que el secuestrador estaba propasándose con ella.
Si él no hubiera intervenido, probablemente el tipo le hubiera medido la mano entre las piernas y de sólo pensar aquello María sintió nauseas nuevamente. Abrazó a Yoongi entre lágrimas, agraciándole en susurros su valentía.
Yoongi la abrazó de vuelta y se sostuvieron así por algunos minutos, dándose fuerzas mutuamente y soportando el malestar físico, mental y emocional.
No tardó mucho en escucharse unos pasos fuera de la habitación. María y Yoongi se separaron mientras la puerta de abría de golpe, apareciendo dos de los secuestradores en el marco. Fue el hombre con el tatuaje de ancla en la mano quien dejó una caja de primeros auxilios y dos bolsas de papel, antes de hacerle señas a Yoongi para que se levantara, tomando la silla y saliendo de inmediato sin agregar nada más.
María fue la que se acercó a revisar el contenido de las bolsas de papel, era comida.
—Acuéstate en la cama, voy a curarte las heridas —pidió María tomando la caja de primeros auxilios.
—Mwolago haess-eo? nan ihaega an dwaeyo «¿Qué dijiste? No puedo entender» —habló Yoongi con la voz muy raposa.
—Come here «Ven aquí» —pidió ella acercándose al colchón y palmeándolo— I am going to help you «voy a ayudarte».
Yoongi asintió y se acostó en el colchón, permitiéndole a María mirar abiertamente sus heridas. Poco a poco la sangre fue limpiada y las heridas debidamente desinfectadas.
—«¿Cómo puede seguir luciendo tan absurdamente hermoso con la cara golpeada?» —pensó María sorprendida mirando embobada aquellos ojos gatunos que parecían no tener fondo.
—Eat «Comer» —susurró Yoongi mirando a María fijamente.
Ella asintió en silencio y tomó las bolsas con comida, entregándole una a Yoongi. El sándwich de jamón estaba seco e insípido y el kimchi parecía a punto de dañarse, pero nadie se quejó, pues era muy necesario mantenerse fuertes. Bebieron agua del grifo para calmar la sed y cuando estuvieron más tranquilos se acostaron en la cama uno al lado del otro, permitiéndose la cercanía como una forma de reconfortarse mutuamente.
Estuvieron en silencio un largo rato intentando oír cualquier cosa que llegara del exterior, pero ningún sonido atravesaba la gruesa puerta de metal. María sintió que un ataque de pánico comenzaba a tomar el control de su cuerpo y maldijo mentalmente haber decidido que ahorrar dinero era mejor que llegar a su hotel segura.
Yoongi por su parte estaba un poco menos ansioso, mirando el techo en busca de ordenar sus ideas. Sabía que apenas ese video llegara a Big hit se desataría una locura.
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◄•✖ † AL FONDO DEL ABISMO † ✖•►
Mystery / ThrillerEs increíble como tu vida puede cambiar en apenas segundos. Yoongi pasó de ser un Idol, una verdadera estrella del Kpop, a convertirse en la víctima de un crimen atroz, en sólo un instante. Atrapado en una pequeña habitación oscura con la única te...