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࣪ ˖ 𓄹 🎨 I'M HERE ! ָ 𓈈 « one; ojos avellanas »
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alex d'amelio !
Me sentía mareada. Todo daba vueltas y la música alta, junto con el tumulto de personas, no hacía más que intensificar la desesperación que sentía en cada rincón de mi cuerpo. Caminaba tambaleándome, aferrándome a las paredes mientras trataba de llegar al baño. Mis piernas temblaban y la sensación de vulnerabilidad en ese lugar desconocido era abrumadora.
Después de varios tropiezos, finalmente logré llegar al baño. Me dirigí apresuradamente a un retrete y metí dos dedos en mi boca, provocando arcadas y vomitando todo lo que había ingerido esa noche.
Sabía que él había añadido algo a mi bebida y que necesitaba hacer esto para ralentizar el efecto, pero al sentir el alivio momentáneo tras vomitar, me di cuenta de que no había funcionado. Apenas podía mover mis músculos para tomar algo, mucho menos para defenderme.
El sonido agudo de la puerta abriéndose y cerrándose con el seguro hizo que mi corazón se acelerara. La desesperación era tan intensa que podía sentir mis latidos retumbando en mi pecho. Estaba atrapada aquí, sin saber si saldría viva. No esta vez.
–¿Por qué te gusta tanto esconderte de mí?– Su voz grave resonó, provocando un escalofrío en mi cuerpo. Pude ver sus pasos bajo la puerta del baño, acercándose lentamente.
La puerta del pequeño baño se abrió de golpe, revelando su mirada de depravación y su sonrisa cruel. Me sentí pequeña y vulnerable bajo su mirada.
–Siempre haces las cosas más complicadas, Alex– Se agachó frente a mí, apoyando sus codos en sus rodillas sin apartar la vista. Me sentía como una presa, indefensa ante lo que fuera que planeaba hacerme. Sabía que lo que sea que viniera no sería bueno.
Extendió su mano para apartar los mechones de cabello de mi mejilla y tocó mi labio inferior con su dedo. Me negué ante ese gesto, moviendo mi rostro hacia un lado.
–No quiero, Michael– susurré, con la voz temblando.
–No pregunté si querías– me tomó del cuello con una fuerza tal que sentí que me asfixiaba en ese instante. Intenté agarrar su muñeca con la esperanza de que me soltara, pero su mirada fría y furiosa apagó cualquier esperanza. Quería lastimarme más que las veces anteriores.
