Persona y Sombra

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¿Eres tú el que me hace esto?
¡Aléjate! Vete con el resto...
Sólo vienes a reírte, lo apuesto
Explícame porqué lo merezco...

Sombra bajó la mirada dando fin a aquella vista arruinada por su alter ego.

Persona se encontraba frente a frente con sombra, llevaba prendas gastadas con un poco de escombro, hacía chirría verlo en contra posición a Sombra, Persona no tenía un agraciado atuendo a comparación de él, pues Sombra llevaba seda limpia que le traía Persona cada día para que se viera presentable.

Sombra y Persona son hermanos, aunque por el escenario no lo parezca ellos eran muy unidos, Sombra era inquieto, era malicioso, sin embargo, Persona siempre le daba un alto para que esa malicia no le consumiera. Persona era bondadosa, con un gran corazón, ella tenía pocos demonios, por no decir que su único demonio era sombra.

Desde los 12 años su vida cambió, su padre empezó a tomar medidas drásticas ante la tormenta que divisó a lo lejos, así que tuvo que decidir rápido.

Los dos hermanos irían a trabajar a la florería de su padre, tras un mes se decidiría cómo se tomaría el rumbo de sus vidas, mientras los dos hagan bien su trabajo no habrá reprimenda, pero en caso de que alguien falle, habrá castigo.

Persona era buena siguiendo órdenes, cosa que la posicionó como una buena empleada, más contando lo bien que trataba a la gente y lo fiel que era con sus clientes, no obstante, Sombra tenía imaginación, era un pionero nato a costa de ser indisciplinado, cosa que le ayudaba mucho en el trabajo, de no ser porque su padre tenía otros planes.

"Persona, él no puede salir, es el caos hecho persona, ocupamos ser responsables para dar buena imágen... Tu hermano es lo opuesto a eso" dijo su Padre a Persona.

Desde ese día Persona trabaja día y noche, salía muy temprano para regresar en la madrugada cuando su padre se dormía. Sombra sólo se quedó en su habitación, salía cuando tenía sus necesidades, por órdenes de su padre sólo podía salir de su habitación para comer, ir a el escusado o tomar un baño. Mientras Persona no tenía tiempo libre, Sombra lo aprovechaba en inventos, que lastimosamente nunca llegaban a ojos de otra gente, pues, no llegaban siquiera a prototipos por el poco material con el que contaba.

Persona se cansaba de las jornadas mientras que Sombra de estar encerrado, la mentalidad de su padre se deterioró, cada vez pedía más a Persona y trataba peor a Sombra.

Su padre había sido diagnosticado con una enfermedad crónica, dejándole poco tiempo de vida y dando pie a que sus hijos piensen en qué harían cuando esa enfermedad diera fin con su padre.

Antes de que su padre muriese, Persona siguió trabajando en la florería, sin embargo, ahora Sombra cuidaba de su padre. En ese último mes en el que Sombra cuidó de su padre logró que el padre de los dos hermanos cayera en cuenta de lo equivocado que estuvo toda su vida, era muy tarde, Persona se lo confirmó al llegar esa tarde en la que el padre moriría.

"Hijos míos, no me di cuenta del error que cometí toda mi vida, di tanto peso a Persona que ahora ella se volvió en una máquina de trabajo, mientras que menosprecie tanto a sombra que nunca me dí cuenta de lo bueno que era haciendo cosas que hasta a mí me sorprendieron. Espero que perdonen a su padre, siempre les quise traer lo mejor sin serlo, sin saber que lo mejor son ustedes y sin darme cuenta que la imagen no es nada si esa imagen es deteriorada por las malas acciones que tomamos.

Espero lo entiendan.

Atte. Ser."

Esa era la carta que sería concedida a Sombra para leerla cuando Persona llegase de trabajar, no había tiempo y su padre lo sabía.

Persona llegó, Sombra lo abrazó y lloró junto a ella, la noticia era inminente. En ese momento Sombra le dió la carta a Persona, Sombra ya la había leído, sólo faltaba Persona, sin embargo, esta pensó que era una mala broma de Sombra, su tristeza y su ira le cegó, encerrando a Sombra en su habitación mientras ella llamaba a la funeraria.

Llegando a este punto, Sombra ya no salía, Persona sólo trabajaba en la florería para mantenerlos, todos los días le daba comida a Sombra, no directamente, pues sólo le dejaba la comida por un pequeño compartimento que conectaba su cuarto al pasillo de las habitaciones y al ser tan pequeño, no podían verse las caras.

Sombra odiaba a Persona por lo que le hizo, la encerró sin escuchar la verdad, no sabía lo que era el exterior desde hace muchos años. La ventana de su cuarto hacía de mensajera para él, aunque sólo veía el parque, era más una tortura que una ayuda, pues siempre que veía a los niños jugando le recordaba a lo que solía ser su infancia junto a Persona.

Por favor, espera a mi voz
Cerrando los ojos haz cedido
Te doy este deseo como perdón
De libertad serás concedido

Persona ya no era la que era antes, sólo trabajaba sin darle espacio a otras cosas, pues para ella lo único importante era sacar adelante el trabajo que le heredó su padre. Todo cambiaría hasta que un día llendo al cuarto de su padre encontró las plantas que Sombra regaba cuando solía cuidarle. Las plantas estaban regadas, como si nunca se hubieran dejado de regar desde que su padre se fue, cosa que sorprendió a Persona, pero no más que lo que se sorprendería en unos segundos cuando descubrió lo que pasaba, un invento de Sombra regaba la planta por él.

Ese día y el día siguiente Persona se quedó pensando en todo lo que había en la florería, la repasó una y otra vez dándose cuenta que era rústica, la gente seguía llendo por montón, sin embargo, sabía lo que pasaba, faltaba alguien que la remodele y lo conseguiría llegando a casa.

Los pasos de ese tacón gastado daban el aviso a Sombra de que Persona había llegado. Sombra tenía muy bien contados sus pasos, 10 después de subir las escaleras, sin embargo, esta vez fue distinto, pues a su quinto paso paró, se escuchó un suspiro y sonó la cerradura.

Sombra le vió a los ojos mientras permanecía sentada en su cama, Persona tenía su mano agarrando su otro brazo con una cara que reflejaba pena, la cuál le desvió la mirada a Sombra para evitar la vergüenza.

¿Eres tú el que me hace esto?
¡Aléjate! Vete con el resto...
Sólo vienes a reírte, lo apuesto
Explícame porqué lo merezco...

Sombra bajó la mirada, dió la vuelta y se acostó. Persona seguía ahí parada, se quitó la chaqueta y los tacones, dejándolos en la silla de la mesa del cuarto, para acto seguido dar unos pasos y sentarse al lado de sombra.

Lárgate de aquí, ya no quiero verte
¿Hay algo más que quieras saber de mí?

Hermano, anda, concédeme esta suerte
Pido perdón por eso que cometí

¿Quieres disculpas por algo así?
Sólo quítate y déjame ir
Ya no eres la misma por papá
¿Por qué no regresas si él ya no está?

No, no te puedo dejar ir
Pues de ti no me voy a separar
Más sí te sacaré de aquí
Sombra, tú te mereces algo más
Mi hermano eres y serás
Y por serlo te confieso a ti
Amo la vida laboral
Pero nunca fue lo mismo sin ti

Ahora Persona y Sombra son dueños de la florería de su padre, Persona se encarga de los clientes y decisiones financieras del negocio, mientras que Sombra remodela la florería y le da mantenimiento para que nunca falle nada, pero, que siempre esté actualizada, haciendo un equipo que está dando a flote algo inquebrantable.

Ahora Persona y Sombra son dueños de la florería de su padre, Persona se encarga de los clientes y decisiones financieras del negocio, mientras que Sombra remodela la florería y le da mantenimiento para que nunca falle nada, pero, que siempre esté...

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2020 ⏰

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