Sorrento miro su reloj de muñeca, por quinta vez esa noche.
Media hora tarde. Suspiro resignado antes de dejar caer una lagrima al suelo, la primera gota que pareció ser la señal que necesitaba el cielo para acompañarlo en su dolor y comenzar a derramar las demás.
La razón de su presencia en ese parque a esas horas de la noche, se debía a la espera de un encuentro por una confesión. La historia se remonta al día anterior: una carta anónima en su casillero, fue el comienzo de las ilusiones que lo habían hecho presentarse allí, ese día.
Días atrás, Siegfried, uno de sus compañeros del instituto, había comenzado a hablarle. Le había sorprendido por demás, tanto a él, como al resto. No era para menos, después de todo, Siegfried era el estereotipo de chico popular: alto, bien parecido y capitán del equipo de futbol; en cambio él, era uno más del montón, acercándose mas a ser un friki.
Ese adjetivo, se debía más a los prejuicios que tenían los demás sobre él. Todos, o al menos la mayoría de los alumnos, lo marginaban e ignoraban por su preferencia sexual.
Sorrento no era el estereotípico chico tímido, callado, flaquito y con lentes que todos golpeaban cuando se les venía en gana, de hecho sabia defenderse, era alguien bastante amigable, alegre y seguro de sí mismo. Claro que tampoco era una escultura griega andante, pero tenía su atractivo.
Solo tenía un amigo en el lugar: Kanon Maclober.
Sorrento Solía sonreír sin disimulo, al recordar cómo se habían conocido: Era invierno, el helado viento, congelaba sus manos, oídos y nariz, mientras caminaba a paso rápido hacia su instituto. Había profesores y estudiantes amontonados caminando en distintas direcciones por los pasillos, las voces de emoción por comenzar un nuevo año, los alegres rencuentros y los silencios de los de nuevo ingreso, era todo en lo que podía concentrarse. Apenas vio el número 12B sobre la puerta de su salón, entro a toda prisa para no hacerse de la fama de impuntual en su primer día. Se sentó junto a un chico que lo miraba con ojos curiosos, expectante ante alguna palabra suya. Tras un rato de incomodidad, al fin volteo a verlo y se presentó. El chico junto a él, con una sonrisa tímida, le extendió la mano en un escueto apretón de manos, antes de darle la bienvenida.
Habían pasado exactamente cinco años y nueve meses dese eso, y ambos los tenían contados. Kanon era la clase de persona con la que uno se encariña a los segundos de conocerlo, y para Sorrento no había sido muy diferente. Solían pasar la mayoría de las tardes juntos: en la cancha de baloncesto, en el cine, o en casa del primero, reforzando cada día esa fuerte amistad que muchos envidiaban....
Siegfried se había comenzado a acercar a Sorrento, por un factor común que los unía: la orientación sexual. Siegfried había pasado por un duro y largo proceso de aceptación consigo mismo antes de por fin admitirse que le gustaban los hombres. No había sido nada sencillo para él, no teniendo una familia religiosa, un entorno sofocante con el tema, y un padre pastor que repudiaba el amor homosexual. Estaba cansado de esconderse, de tener que mentir e incluso marginar a su comunidad para que nadie sospechara de él. Ya había sacado de su mente todas las frustraciones que lo consumían, ya había llorado todas las lágrimas que su alma contenía, y ya había pasado demasiados años en las sombras de los prejuicios. Estaba listo para ser feliz
El único referente que tenía era Sorrento, y ese Martes por la tarde en el que lo había seguido hasta la parada del bus, para confesárselo a alguien en voz alta, no había sido solamente por la fuerte necesidad de expresarse libremente por primera vez, sino también, porque a pesar de lo extraño que podría parecerle a los demás, el admiraba mucho a sorrento En los siguientes días, comenzaron a hablarse más, a conocerse y a agradarse. Siegfried no solía confiar mucho en las personas, la mayoría de amigos que tenía, eran diferentes a lo que él esperaba de una amistad. El buscaba algo real, duradero y desinteresado, algo que pocas veces había encontrado, y que ahora tenía con Sorrento.
ESTÁS LEYENDO
Anónimo (One Shot)☑️
FanfictionKanon x Sorrento Una carta anónima, una tarde lluviosa y un pretendiente anónimo que sorrento espera con ansias