─Chicos─ dijeron tocando la ventana del auto.
Santi y yo nos volteamos para ver quien era.
Me senté en el asiento del copiloto y abrí la puerta.
─Hola cariño─ dije abriendo la puerta del auto.
─¡Que sucia!─ me miro picara.
─Callate no paso nada─ dije rodando los ojos.
─Amor, ¿Entramos?─ escuche la voz de Santi a lo lejos. Me voltee y lo mire sentado en el capó del auto con sus manos en los bolsillos.
─Si─ dije acercándome.
─¿Es enserio?─ escuche la voz de mi mejor amiga irritada.
─Calma Milu, vamos a entrar─ la mire con media sonrisa, la cual respondió de inmediato.
─Esta bien, con tal de que no me dejes sola toda la noche.─ Dijo para después tomarnos de la mano y caminamos junto a Santi hasta entrar al gimnasio del colegio.
El gimnasio estaba ambientado con luces de muchos colores, que hacían formas y se colocaban encima de las personas que bailaban al compás de la música; La decoración era con colores neón, flores en las paredes, maquinas de burbujas en las esquinas del gimnasio, y una mesa larga en la cual se encuentra mucha comida y con diferentes bebidas, bebidas que algunos estudiantes vertieron alcohol sin que los profesores se dieran cuenta.
La pista de baile tiene una bola disco colgando, haciendo que se ilumine en todo el lugar, haciéndolo perfecto. El ritmo de la música hace que me mueva y me motive para ir a bailar a la pista de baile. Tome la mano de Santi dejando a Milu en la mesa de comida.
─Vamos cariño muévete─ dije tomando sus manos mientras movía mis caderas.
─¿Así─- me tomó de la cintura pegándome más a él, alcé la mirada ya que es bastante alto.
Nos movimos al ritmo de la música, movía mis caderas subiendo y bajando, mis manos en su cuellos, mientras las de él en mi cadera. Él me separó un poco para tomar mi mano y darme un vuelta. Vuelta en la cual choque con una persona, una persona a la que nunca debí haber visto.
─Lo siento─ dije sin mirar su rostro.
─¿Qué te pasa? ¿Estas ciega o qué?─ alzó la voz empujándome un poco.
─¿Porque te atreves a empujarme? ¿No escuchaste que te pedí perdón? ¿O estás sorda?─ digo mirándola a los ojos.
─Cállate mocosa, no sé qué haces aquí enfrentandome, si sabes muy bien lo que te puedo hacer─ me dio una mirada asesina, la cual no me intimida.
─Mira Paula, déjame en paz, ya me disculpe, ¿Qué más quieres? ¿Qué te haga una reverencia como si fueras una reina? No, eso no lo voy a hacer, ni porque me pagaran un millón de dólares─ hablé para darme la vuelta.
─Oh no, esto no ha terminado─ me tomo de la mano y me giro hacia ella.
Al voltearme veo que su mano se aproxima a mi cara, no me dio tiempo reaccionar, así que sentí un fuerte dolor en mi mejilla derecha, y un sonido estremecedor se escuchó en todo el lugar llamando la atención de los demás estudiantes. Sentí mi mejilla arder, una lagrima salio de mi ojo.
Me llene de tanto coraje que no me detuve ni un segundo en regresarle el golpe; Coloque mi mano en un puño y dirijo esta a su nariz, la cual sangro de inmediato, ella al darse cuenta de esto me tomo el cabello dando algunos golpes entre mi cuello y mi nuca, alce mi rodilla haciendo que esta golpeara su intimidan, y gimiera de dolor, se separó de mí tocando su vientre, dándome ventajas, me acerque a ella, dándole una bofetada, haciendo que ella cayera al suelo, por los dos golpes.
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Perdida en Ti
Lãng mạnAndrea De rosa, una chica normal con una vida normal. Okey eso lo he escuchado antes. Normalmente cuando te gusta una persona se lo haces saber, pero nunca cuando es tu Crush de toda la vida, y mucho menos cuando sabes que su novia puede hacer lo im...