I think I talk too much.

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El típico sonido de la campana resonó por todo la universidad, se había retrasado bastante. Volvió retomar la carrera hacía su aula. Ya no había estudiante alguno en los pasillos.

Forzó a sus piernas, aumentando la velocidad de éstas, no podía llegar tarde, no hoy. Doblando el pasillo, a unos cuantos metros de la puerta se encontraba el director junto a un chico. Bajó el ritmo de sus piernas hasta que llegó a la puerta del aula.

—. Otra vez tarde, joven Park. ¿Ahora que sucedió?

—. Señor Jung, yo, me quedé dormido —pronunció haciendo una sonrisa forzada—. No volverá a pasar.

—. Espero que ésta vez si cumplas con tu palabra. Anda, entra al aula y dile a la profesora Kim que salga un momento.

Asintió, haciendo una reverencia de 90° antes de entrar a la aula. Aunque sinceramente, le temía más a su profesora que al director. La señorita Kim le miro fijamente, como si de sus ojos le lanzará llamas.

—. El director le está llamando allá fuera.

No espero respuesta alguna, y solo se dirigió a su asiento, recibiendo una atenta mirada por parte de su mejor amigo.

—. ¿Viste al chico nuevo?

—. Eh, ¿solo ví su silueta? —juntó mis cejas en signo de confusión.

—. Dicen que es hecho por los mismo ángeles —mencionó elevando sus hombros, restándole importancia—, pensé que lograste verlo y me lo comprobarías, pero como siempre, Diosito nunca escucha mis súplicas.

Una carcajada salió de sus labios por la forma en que se expresó, negando con la cabeza. Estuvieron hablando de cosas triviales, como es que Chenle había chocado contra un poste, lo normal. Hasta que la profesora y el director entraron.

—. Jóvenes, buen día. Hoy vengo a presentarles a su nuevo compañero de clase, es un año mayor que todos ustedes pero no lo traten como un viejo —rió sarcásticamente recibiendo una mirada nada aprobatoria por los demás—. Bueno, él es Na Jaemin. Jaemin, puedes entrar.

Él chico por el cual, Chenle preguntaba entró a la aula, parándose al lado del señor Jung y comenzó a hacer una breve descripción sobre él.

El peli naranjo castaño se mantenía con la boca semi abierta, el mundo se paro, su vista enfocándose en el chico pelinegro que se encontraba parado en el pizarrón. Su corazón comenzó a acelerarse, en su estómago algo revoloteaba. No se entero de algo más, vió como es que éste se acercaba a donde me encontraba sentado, tomando asiento en la columna que estaba a su lado.

—. Cierra la boca que hay moscas —mencionó Chenle mientras que, con su dedo índice en el mentón impropio, hizo que cerrará la boca.

Miró a Chenle disgustado, ¿Cómo se le ocurría decir eso? Negó con la cabeza, y llevó su vista al frente. La profesora y el director no estaban en el aula. Era su momento.

Giro hacia donde tomo asiento pero ya estaba rodeado, de chicas en mayoría. Por un hueco logró mirarlo, ambos conectaron miradas y sin saber el por qué, en sus ojos leyó un "Ayúdame". Se levantó yendo a su sitio, metiéndose entre la "chusma".

—. Fuera de aquí, ¿No ven que lo agobian? —pronunció el peli naranjo, cruzándose de brazos.

—. ¿Y tú qué? ¿No lo vas a agobiar? —esa fue Ryujin.

—. De hecho, el director me puso de guía con él. ¿Verdad? —mintió, esperando a que le siguiera la mentira.

—. Eh, sí —él asintió y el corazón de nuestro protagonista comenzó a acelerarse—. ¿Pueden dejarnos a solas?

★ ִֶָ cry baby ! - jaemsung 𖤐ัDonde viven las historias. Descúbrelo ahora