Hey, ¿tienes audífonos?

Cuarenta y cuatro.

Maggie

Ha pasado una semana desde lo sucedido en la fiesta de Kendall. Evan no ha querido hablar conmigo hasta el momento y no lo culpo. He intentado hablar con él pero me ha evadido, al igual que Megan.

Evan como un novio maduro (si es que aún lo somos) me envió un mensaje indicándome que necesitaba tiempo y es lo único que puedo hacer. Lo traicioné. Rompí la confianza que había depositado en mí. Me dejé llevar y lo arruiné.

El único amigo que me queda es Kendall, ha sido el único que no se ha alejado de mí, igual, entiendo el motivo del porqué Megan y Evan lo hicieron, fue mi culpa al final de cuentas.

— Tranquila Mags, todo se solucionará.—dice abrazándome.

— No, no lo hará. —Sollozo.— Lo arruiné Ken, perdí a mi mejor amiga por un chico que no me importa, mi novio se alejó porque le di motivos para hacerlo. Todos en el instituto me conocen por casi engañar a mi novio al frente de sus narices.

— Todos nos equivocamos Mags, somos humanos y nos equivocaremos muchas veces, hasta que aprendamos de nuestro errores. Lo que hiciste estuvo mal, no te lo voy a negar pero también sé lo mucho que te arrepientes. Dales tiempo, para pensar, para sanar y para perdonar. Pero aquí lo más importante es una cosa.

— ¿Cuál?—Pregunto con los ojos llorosos.

— Que te perdones a ti misma. No hay perdón más importante que el que uno mismo se debe.

***
Perdón, es corto pero no quería dejarlas sin nada esta semana. Estoy intentando que se me haga un hábito el escribir todas las semanas. Esperen un capítulo nuevo la otra semana. Envíen buenas vibras, he tenido días difíciles :( Gracias por seguir apoyando