ÚNICO

911 118 30
                                    

Los caprichos de su esposo en estado iban a volverlo loco, definitivamente.

— Jimin, no insistas. No voy a ponerme eso y no vas a convencerme. — decía Yoongi.

Jimin estaba llegando al final de su embarazo. Desde el principio de este pudo percibir las pataditas de su bebé como lo más bello que pudo haber sentido nunca. ¡Las patadas de su primer hijo eran lo más maravilloso que sintió nunca!

Siempre que esto pasaba y se encontraba cerca de su esposo Yoongi, tomaba su mano y la posicionaba en el lugar donde el pequeño Jihoon pateaba. Si intención, claro está, era que su amado pudiera tener la posibilidad de experimentar lo mismo que él. Y Min lo disfrutaba, ¡claro que sí! Veía a su esposo sonreír como nunca en su vida cada vez que sentía a su bebé patear en su vientre.

Por esa razón — sin conformarse — deseó desde lo profundo de su corazón que la sensación para el otro se vuelva un poco más...

... realista.

Flashback

Jimin se encontraba en casa de uno de sus mejores amigos, Kim Seokjin. El mayor había invitado a Park y a su otro amigo Taehyung a tomar el té debido a que había pasado mucho tiempo desde la última vez que se juntaron.

— Yo realmente deseo que hyung pueda sentir las pataditas de Jihoonie... — comenta un día a sus amigos con un puchero. Sinceramente le apenaba que su esposo se pierda una de las mejores partes del embarazo.

Pero puede, Minnie... — contesta Tae.

— ¿Cómo? — pregunta con interés.

¡Con la faja! — dice Seokjin con obviedad.

¿Faja? ¿Qué faja?

El rubio no comprendía de lo que hablaban los Kim, ¿habían perdido la cabeza acaso?

Existe una faja especial que es eléctrica y sirve para simular las patadas de un bebé. — comenta Seokjin, aclarando. Jimin abre la boca, sorprendido. — Y para tu suerte tu hyung preferido la tiene... Te puedo prestar la nuestra, se la compré a Joonie cuando concebimos a Soobin... ¡estaba encantado con la idea!

— ¿En serio? — el Kim mayor asiente. — Gracias, hyung... Eres el mejor. — dice Jimin sonriendo.

— Lo sé. — guiña un ojo mientras se levanta de su asiento para

No veía la hora de sorprender a su amado con aquello.

Fin del flashback

— Pero es algo bello, hyung~... — dice tiernamente, mientras lo distraía colocándole la faja.

— Pero... Jiminnie... — Yoongi duda y su esposo se acerca a darle un besito en la nariz.

— ¿No quieres sentir lo que siento yo cada vez que Jihoon patea? — pregunta el menor.

— Sería raro, creo que no.

— ¿Seguro? — el pelinegro afirma mientras el pelirrosa apreta el botón de encendido. — Te prometo que es algo hermoso, ¿o es que no me crees?

Min se cruza de brazos y suspira, una pequeña sonrisa surgiendo en su cara.

Si, su esposo podía volverlo loco a veces pero esas pequeñas cosas siempre lograrían que lo ame aún más — si es que es posible.

— Aish, está bien Jiminnie. Puedes encenderla... — se remueve algo inquieto sin saber qué esperar de un artefacto proveniente de Seokjin.

Pero todo pensamiento racional dejaría de funcionar en su cabeza al sentir algo golpear en su vientre: la primer patada. Yoongi deja de moverse y mantiene su mirada fija en el horizonte.

Pataditas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora