Fase 1

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Requisitos: Crear un cuento de entre 3 y 15 páginas de Wattpad acerca de un tema navideño.

Título: Milagro navideño.

Texto:

En un rincón oculto de un callejón oscuro se encontraba un niño pequeño agazapado, encogido en la sucia pared detrás de él comiendo con culpabilidad un bollo que acababa de robar. Recordaba perfectamente el momento en el que sus padres lo habían abandonado en medio de una calle desierta con sólo una manta y un poco de pan que no calmó su hambre. Fue un día cualquiera del pasado invierno y tanto su padre como su madre tenían lágrimas en los ojos y le pedían perdón repetidamente mientras lo abrazaban y lo besaban por última vez. No sabía por qué razón lo habían abandonado pero tenía claro que moriría pronto. Al principio pensó que podría resistir a vivir en las calles pero después de un tiempo se dio cuenta de que cada día que pasaba era más difícil que el anterior. Para un niño de ocho años en plena etapa de crecimiento, necesitaba una cantidad mínima de alimentos diarios y con lo que robaba, con lo que a veces le daban algunas personas que se compadecían de él cuando lo veían solo y sucio o con las sobras de los contenedores, no tenía suficiente. Cada día se encontraba más débil y tuvo que enfrentar la llegada de ese invierno tan frío con sólo unas pocas ropas bastante delgadas que casi no abrigaban y unas cuantas hojas de papel de periódico que encontraba tiradas por las calles o en contenedores de basura. Otro problema que tenía era el descanso, por las noches dormía fatal. Normalmente con pesadillas de las que se despertaba gritando, producidas por las malas condiciones en las que vivía y por su activa imaginación sobre lo que podría haber en lugares oscuros y solitarios, donde la mayor parte del tiempo se encontraba.

El día siguiente, salió de su escondite para intentar conseguir un poco de comida ya que el estómago le estaba rugiendo fuertemente. Buscó una víctima a la que robar algo de dinero o alimentos que llevase consigo. Vio su oportunidad cuando por delante de él pasó una señora con una cesta llena de comida que debía haber acabado de comprar de la que sobresalían dos plátanos que se aguantaban en un equilibrio precario encima de todo el montón. Lamentablemente, ya tenía práctica en el arte del robo así que la mujer seguramente pensaría que sólo se le habían caído en el camino a su casa o, de todas formas, con la cantidad de comida que llevaba no se preocuparía demasiado por dos plátanos. Sigilosamente se acercó cada vez más a ella mientras se confundía con la multitud de personas que pasaban por la calle. Cuando la tuvo justo delante de él alargó la mano y cogió disimuladamente las dos frutas de manera tan suave que la pobre señora no se dio cuenta de nada. Él estaba cantando victoria mentalmente e iba a retirase cuando, de repente, notó un fuerte empujón por su espalda que le hizo caer directamente al suelo con tan mala suerte que no pudo controlar sus instintos y se agarró con la mano que no llevaba los plátanos a las piernas de la mujer a la que le acababa de robar. La mujer se quedó quieta en sentir una mano agarrándole las piernas y miró hacia abajo encontrándose al niño caído en el suelo. Vio los plátanos en su mano y miró su cesta sacando las conclusiones acertadas.

—¿Quién eres? —le preguntó la señora al niño agarrándolo por el brazo para que no huyera mientras se agachaba para poder hablar bien con él— ¿Por qué me has robado esos plátanos?

—Lo si-siento mu-mucho, señora —contestó el niño muy nervioso por lo que le pasaría al haber sido atrapado robando.

—¿Quién eres? —volvió a preguntar la mujer— ¿Dónde están tus padres?

—No tengo padres. Me abandonaron hace un año más o menos. Sólo sé que me llamo Will. —se sinceró él.

A le mujer le sorprendió esa información y no pudo evitar hacerle más preguntas para intentar reconstruir un poco los hechos alrededor de ese niño.

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