one shot de ichimatsu x todos

ichimatsu se enamora ( ichimatsu x nya~chan)

Resumen:

Cuando Ichimatsu, sin saberlo, ayuda a una chica a salir de una mala situación, no espera enamorarse de ella tan rápido. A medida que aprende más sobre ella, ella comienza a tener un extraño parecido con cierto ídolo felino por el que su hermano está loco ...

"¿Van a un callejón? ¡¿Para una cita ?!" "¿Qué carajo?"

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De alguna manera Ichimatsu se encontró en el gimnasio, y peor aún, no estaba solo. Había estado mirando de reojo a Karamatsu durante los últimos cinco minutos, mirando mientras hacía sus "estiramientos de calentamiento". Ichimatsu debería haberse ido tan pronto como vio lo que estaba usando, esa maldita camiseta sin mangas con estampado de caras y pantalones cortos de entrenamiento que no dejaban mucho a la imaginación, pero Karamatsu lo había sobornado con un viaje al café de gatos de al lado. y aquí estaba él. Sin embargo, se negó rotundamente a entrar si Karamatsu usaba sus lentes de sol; qué tipo de imbécil llevaba gafas de sol en el interior del gimnasio. Karamatsu se había visto decepcionado, doblando sus gafas de sol y dejándolas colgar de la parte delantera de su camisa. Ugh. Ichimatsu tomó nota mental de tirarlo a la basura más tarde como venganza.

"¡Hermano!" Karamatsu hizo un gesto hacia la cinta de correr junto a él tan pronto como se abrió, la chica le lanzó una mirada a Karamatsu antes de irse. Lo que Karamatsu estaba haciendo difícilmente podría llamarse ejercicio, más como pavonearse y lucirse. Seguía mirando alrededor cada pocos segundos como si quisiera ver a otros mirándolo. Por supuesto, nadie lo estaba.

Ichimatsu se sintió dolorosamente fuera de lugar con sus pantalones deportivos y su sencilla sudadera. El gimnasio no era tan bueno; no entendía por qué Totty había comenzado a ir. No había venido a sudar, pero supuso que hacer un esfuerzo a medias era mejor que pararse torpemente en la esquina. Se acercó a la máquina, se subió con cautela y miró fijamente el panel que tenía delante.

"Hermano, ese es para la velocidad"

"No necesitas decírmelo, Shittymatsu," gruñó Ichimatsu, lanzando a Karamatsu una mirada de odio cuando se inclinó hacia su espacio. Sus ojos volvieron a los botones y números; eligió el ajuste más bajo y la cinta comenzó a avanzar lentamente.

No quería estar asociado con esa vergüenza más de lo necesario, cinco minutos como máximo. Sin embargo, en la marca de los cuatro minutos, Karamatsu se movió solo con una respiración exagerada como si realmente hubiera estado haciendo ejercicio tan duro y se puso la toalla alrededor del cuello. Señaló con el pulgar las pesas donde un par de chicas estaban probando pesas.

"Hmph, hermano, me uniré a mis chicas Karamatsu".

Ichimatsu resopló y no se dignó responder, ni siquiera se molestó en mirarlo. Oyó que Karamatsu se iba después de otro momento y alguien más ocupaba su lugar. A pesar de querer que su hermano se fuera, Ichimatsu de repente se sintió mucho más inquieto y ansioso. A la mierda Shittymatsu. De todos modos, no había querido ir al gimnasio. Todos los demás estaban en forma y hermosos, y él estaba allí . Su dedo apretó el botón de velocidad nerviosamente como si correr fuera la respuesta a sus inseguridades, y acababa de empezar a trotar tranquilamente cuando escuchó a Karamatsu llamarlo de nuevo.

"¡Ichimatsu! He terminado; vámonos." Giró y se detuvo. "No olvides tu toalla de gato".

"¿Eh?" Ichimatsu inclinó la cabeza hacia un lado. Tuvo su toalla agarrada en su mano derecha todo el tiempo. Justo cuando estaba a punto de preguntar si Karamatsu se había vuelto estúpido, sus ojos se posaron en otrotoalla colocada sobre una barra de la máquina a su izquierda. Era una réplica exacta de la suya hasta las puntadas de gato atigrado y el borde morado. Se resistió por un momento y se dio cuenta de que debía pertenecer a la chica que estaba usando la caminadora antes que él. Giró la cabeza y vio que Karamatsu ya se había retirado al vestuario. Solo quedaba un puñado de personas; parecía que la hora punta había terminado. Agarró la toalla en contra de su mejor juicio, la voz en la parte de atrás de su cabeza que decía que era una molestia y que no tenía ninguna obligación de encontrar al dueño. Pero era una buena toalla; perderlo sería un desperdicio.