¿Harry Potter, esta muerto?

2.La conversación.

Harry abrió los ojos de manera abrupta, no sabía dónde estaba y se preguntaba si seguía con vida.

—¿Hola? —dijo con voz un poco ronca.

—Hola Harry— contestó Cédric Diggory.

El moreno se sentó de golpe al ver a alguien que había muerto hace demasiado tiempo ¿eso significaba que también estaba muerto? ¿Así se sentía estar muerto?La culpa de saber que alguien encontraría su cuerpo de la misma manera que había muerto el profesor Dumbledore no lo dejaba tranquilo.

Y a diferencia de lo que esperaba, no se sentía mejor por haber muerto, eso no había arreglado sus problemas como pensó que lo haría cuando decidió saltar.

—¿Estoy muerto?—preguntó Harry aunque sabía que era una pregunta estúpida, claramente estaba muerto.

—No exactamente, cuando te hable no era con la idea de que saltaras, al contrario era pensando en detenerte.

—¿Cómo pudiste hablarme? No es que me moleste—aclaró— pero no lo hiciste todo este tiempo, ¿por qué ahora?

—Antes había querido, pero la parte del alma de Voldemort que residía en ti no me lo permitió;eras por así decirlo, inmortal. Ahora puedo hacerlo ya que los has vencido.

—¿Pero cómo es posible? ¿Puedo hablar así con mis padres o Sirius?

—No exactamente Harry, quede vinculado a ti de alguna forma después de morir en el cementerio, una parte de mi está conectada a ti y tengo la leve sospecha que hasta que no arregle el asunto pendiente contigo no podré descansar en paz.

—¿Y cual es ese asunto pendiente?

Harry estaba superado por todo lo sucedido ese día, por segunda vez se encontraba en un limbo junto a una persona a la que había perdido y al parecer estaba conectado.

—Que te culpes por mi muerte.

—Sin ofender pero me siento culpable por muchas, esa fue la razón por la que salté.

—Lo se, pero eras demasiado joven y creías poder arreglar todo sin perder a nadie y fui la prueba de que eso no iba a pasar, aunque no fuéramos amigos, se que crees que todo lo que sucedió esa noche es tu culpa como si pudieras haber hecho algo para remediarlo.

—¿Y qué es exactamente lo que debemos hacer para que descanses en paz?

—Supongo que mostrarte que hay razones para vivir, que debes seguir adelante porque nada de lo que pasó es tu culpa, si no de el mago más tenebroso que hubo.

—Te lo agradezco mucho Cédric pero se que es mi culpa y…

—Harry—interrumpió el castaño—tengo que mostrarte algo.

A Harry no le gustó ni un poco la sonrisa que esbozó Cédric.