Capítulo Unico

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El clima en el castillo estaba empezando a calentarse, poco a poco los alumnos empezaban a cantar villancicos en voz baja, los primer año emocionados esperaban la navidad y las paredes del castillo comenzaban a adornarse, sin embargo alguien en las mazmorras tenía su habitual desagrado hacia las fiestas. Severus estaba sentado en un cómodo sillón frente a la chimenea, leía un viejo libro de pociones cuando unos brazos le rodearon el cuello y sintió unos colmillos morder su oreja.

- Ya te dije que dejes de hacer eso - Pero Severus no se sacó de encima al ojiverde que había empezado a chupar y lamer su oreja.

- A mi me gusta - el ojiverde se introdujo a la boca el lóbulo, lamiendo y mordiendo levemente la suave carne. Y aunque Severus le dijera al ojiverde que dejara de hacer eso, internamente lo estaba disfrutando.

En un movimiento rápido Severus alejo su oreja de la boca de Harry y atrapó entre sus dientes el labio inferior del ojiverde, el cual a pesar de tener su labio atrapado entre los dientes de Severus, sonrio mostrando sus colmillos afilados.

- Guarda esos colmillos - Severus soltó el labio que había comenzado a chupar y Harry entendio que Severus había estado a punto de clavarse uno de sus colmillos en su boca.

- Bien, perdón, aún no me acostumbro a ellos - Harry hizo un puchero luego de volver a la normalidad sus colmillos. Harry de repente recordó algo y salió corriendo hacia la habitación de Severus.

- ¿Que planea ese mocoso? - Severus susurro levemente mientras seguía a Harry.

- Sev, se acerca la navidad, hay que decorar - Harry entusiasmado saltaba levemente en su lugar y Severus pudo divisar una caja llena de cosas a los pies del ojiverde.

- Ni lo sueñes mocoso - y con eso dicho salió de la habitación dejando a un desanimado Harry junto a una caja llena de adornos.

- Que malo, si no me deja decorar definitivamente no le mostraré su regalo - Harry susurro mientras seguía al ojinegro hacia la sala.

Días más tarde Harry seguía sin poder decorar las habitaciones de Severus y por eso estaba enfurruñado sentado en el sillón de la sala, mientras miraba intensamente a Severus que estaba sentado leyendo un libro.

- Si tenes que decir algo, solo dilo - Severus no bajo el libro pero miro de reojo a Harry que tenía el ceño y la nariz fruncida y mostraba levemente sus colmillos que descansaban sobre su labio inferior. Le pareció lindo como se veía el ojiverde y no pudo evitar sonreír detrás del libro que estaba "leyendo".

- Ya sabes que quiero, pero no me dejas - Harry cruzó sus brazos y miro acusadoramente al ojinegro.

- Podemos hacerlo cuando quieras - y Severus le dio una mirada sugerente que evidenciaba que no estaba hablando de lo mismo que Harry.

- Seguiremos en abstinencia a menos que me dejes decorar por navidad - y Severus no pudo evitar gruñir ante lo dicho. Quería el cuerpo que tenía frente a él, hacerlo gemir y que se sienta bien, pero no quería tener su habitación con estupidas decoraciones de navidad.

Pero lo que le hizo dar el si a decorar no fue su necesidad de tener sexo, si no la carita que le puso Harry, se veía tan desanimado y triste. No soportaba saber que él era el culpable de que Harry se sintiera así.

- Hazlo - dijo simplemente Severus.

- No es tan malo, son simplemente unas lu... ¡Espera! ¿¡Que dijiste!? - Harry se levantó y puso sus manos en los apoyabrazos del sillón individual donde Severus estaba sentado.

- Me haces repetirlo y no te dejaré decorar hasta que tengas 70 años - Severus susurro sobre la cara de Harry, el cual se apartó y no pudo evitar gritar y saltar de alegría.

- ¡Gracias, gracias, gracias! - Harry se abalanzó sobre Severus repartiendole besos por todo el rostro - Te amo - y con un beso final en la boca Harry se apartó y corrió hacia la habitación en busca de los adornos. Severus no pudo evitar sonreír al ver a su pequeño vampirito alegre y decidió que tal vez hacerse de rogar no era tan malo si siempre obtendría esa recompensa.

Faltaban dos días para navidad y Severus estaba pensando si no debía haberle dicho que si a Harry un día antes de navidad debido a la gran cantidad de decoraciones que había puesto el ojiverde en las habitaciones en solo una semana. Incluso había puesto luces alrededor del espejo del baño, en las paredes de la ducha había pegado pegatinas en forma de copos de nieve, ciervos y hombres de nieve y había un muérdago arriba del retrete, porque había eso ahí no tenía idea.

- Podrías quedarte quieto, te agradecería mucho que vinieras a sentarte un rato, aunque sea 15 minutos - Harry desbordaba alegría e hiperactividad, no se había quedado quieto desde que le dijo que podía decorar las habitaciones, pero Severus incluso suplicaria para que Harry se quedara solo 15 minutos quieto.

- Pero aún no terminó de decorar el árbol - Severus suspiro.

- Puedes hacerlo con magia sentado desde aquí - y Severus no espero que Harry dijera nada simplemente se paró, tomo de la cintura a Harry para cargarlo en su hombro y luego sentarse con él en su regazo.

- Pero Sev, es más divertido hacerlo a mano - pero Severus no escucho nada de lo que le dijo su mocoso y solo comenzó a morder levemente el cuello del ojiverde.

- Otras cosas son mas divertidas hacerlas a mano - y Severus metió sus manos bajo la remera que tenía puesta Harry y le dio un beso en la mandíbula.

- Mmm, si, como esto - y bajo todo pronóstico Harry se apartó de Severus y busco algo que estaba sobre la chimenea - Mira, lo hice para ti - y Harry le entendió a Severus una vincha que tenía unos cuernos de reno en ella.

- ¿Que demonios es eso? - y Severus se alejó de la vincha que Harry que extendía.

- Es para que uses en Navidad - Severus fruncio el ceño y se cruzo de brazos.

- Sigue soñando - Harry se desanimó y comenzó a quejarse.

- Pero nunca me dejas hacerte nada, vamos, solo quiero que te lo pongas por navidad, aunque sea quince minutos - y Harry le extendió la vincha con una cara de perrito mojado a la que Severus no se pudo resistir.

- Bien, pero solo me verás tu, ni sueñes con que aparecere en el gran Comedor con eso - y aún que había dicho eso, unos días más tarde, Severus apareció en el Comedor de la mano con Harry y con la vincha de cuernos de renos. Como Harry lo había convencido, era todo un misterio.

Un Lindo RenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora