estigma - taekook

one

- Jungkook, ¿ya te enteraste? - le pregunto su amigo.

- ¿Que cosa?

- Hoy va a ingresar un chico nuevo a nuestro salón.

- Mmh, sí ¿y?

- A que no sabes las cosas que me contaron de él - Jungkook lo miro sin entender así que su amigo continuó hablando - Dicen que trabaja en un prostíbulo.

- ¿Y debería importarme por...?

- Maldita sea Jungkook, ¿que te pasa?

- Lo siento, Yoongi, estoy algo distraído.

- Lo noté... Bueno, ¿que haremos con el nuevo? - dijo Yoongi con maldad.

- Podriamo-

El peli castaño iba a hablar cuando la maestra entró interrumpiendolo.

- Buenos días, niños - dijo su profesora, alias Hwasa.

Todos la saludamos y continuamos con lo nuestro, aun era temprano, por lo tanto la clase no comenzaba.

Todos charlaban mientras la profesora usaba su móvil.

Iban ingresando los estudiantes restantes de a poco.

Hasta que uno captó su atención.

Un chico pelirojo, ingresó y se sentó frente a su banco.

El vestia un jean negro ajustado y una remera del mismo color pero metida dentro de su pantalón. Llevaba un arete en su oreja izquierda que decía love, y un chocker purpura pastel.

Había que admitir que el chico era bastante estético.

Pero eso no iba a impedir ser una posible víctima de Jeon.

- ¡Hola! ¿que tal? Me llamo Jimin, ¿como te llamas? - dijo un pelinegro muy sonriente.

- O-oh, hola, mucho gusto, soy Taehyung - dijo el pelirojo, algo sorprendido.

- Vaya, si que eres muy guapo - Jimin ni dejaba de sonreir, achinando sus ojos.

Adorable. Pensó Taehyung.

- Gracias...

- Ven, déjame enseñarte el lugar.

Jimin era un chico muy alegre, bastante simpático.

A Taehyung le sorprendía bastante la personalidad del pelinegro, debido a que es la primera vez que conoce a alguien así.

La mayoría solía ser muy desagradable con él, tratandolo como objeto, o denigrandolo.

Es más, ni siquiera tenía amigos.

- ¿Piensas inscribirte en algún evento escolar? - pregunto el pelinegro.

- Mmh, pensaba en anotarme en danzas.

Sí, a él se le daba muy bien en el baile.

Sobre todo bailar en el caño. Dijo su mente.

Cállate.

- No hablas en serio, ¿bailas?

Asentí.

- ¡Genial yo igual, entonces compartiremos esa clase! - comentó alegre.

Le caía bien ese chico. Aunque no cedería fácilmente, no otra vez.

No estaba preparado para que lo hierieran nuevamente.

- Ven, te llevare para que te anotes - volvió a hablar Jimin.