CAPÍTULO 1

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AILISH

11 de la mañana. Mierda. Empezamos bien el día, se suponía que tenía que estar en el restaurante a las 11:00. Otro día más que llego tarde, a este paso no tardarán en despedirme. Tengo que darme prisa.

Me desperezo rápidamente y salgo corriendo a la ducha, en tiempo record estoy vestida y duchada. Doy gracias a los dioses por echarme siempre una mano, papá y mamá no están en casa, de estarlo la reprimenda sería considerable. No me detengo a meditar sobre esto y sin desayunar salgo corriendo al restaurante. 20 añitos y sin saber programar un despertador, debería darme vergüenza.

Tengo suerte ya que el restaurante se encuentra a la vuelta de la esquina y a pesar de llegar tarde no lo hago en exceso, son las 11:34. Entro rápidamente y me pongo el delantal.

- Buenos días marmota, tengo una buena noticia para ti.

- Cálla Audrey, está es la tercera vez que la alarma no me suena en una semana, a este paso el señor O'Connor va a despedirme.- Audrey es de las pocas amigas que tengo, digamos que no soy muy sociable y que tengo una extraña obsesión hacia los lobos que hace de mi personalidad un repelente contra las personas.

- Ailish te he dicho que tengo buenas noticias tonta, calla y deja que te lo explique.

- Está bien, perdón.

- El señor O'Connor se jubila la semana que viene y...¡No va a venir en toda la semana! Me ha dicho que va a dejar el local a mi cargo durante esta semana y que si todo va bien me lo dejará a mi cuando se jubile, ¿no es genial?

- ¿En serio? ¡Eso es genial Audrey!

- ¡Si! Eso significa que no te voy a despedir, aunque Ailish, deberías aprender a poner el despertador bien.

- Jaja, muy graciosa Audrey, bueno vayamos a trabajar para que las cifras de este restaurante sean las mejores de toda su historia y el señor O'Connor no dude en dejarte el restaurante.

**********

Después de acabar la jornada de trabajo Audrey me acompaña a casa como de costumbre, pero tengo una sensación extraña que no me está gustando nada. Todo pasa como habitualmente: llegamos al porche de mi casa, nos despedimos y Audrey continúa su camino hasta llegar a su casa. Nada parece que esté tomando un rumbo diferente a lo habitual. Entro a casa pero mis padres siguen sin venir, cosa que me parece extraña. Al entrar a casa recuerdo que antes no he revisado la casa y tal vez hayan dejado una nota o alguna señal de su ausencia. Decido buscar y ahí está la nota.

"Buenos días cariño, seguramente seguirás dormida y llegarás tarde a trabajar, como de costumbre. Confiamos en que el señor O'Connor no te despida. Bueno, queríamos decirte que pasaremos un par de días fuera para celebrar nuestro aniversario, cuando leas esto llamanos. Te queremos,

            Papá y Mamá"

Inmediatamente cojo el móvil y llamo a papá, mamá rara vez contesta a su teléfono. El móvil no deja de sonar pero nadie atiende. Llamo un par de veces más y al ver que no coge el teléfono me preocupo. Papá siempre coge cuando soy yo la que llama. Aún así decido no darle mucha importancia, están disfrutando de una pequeña escapada y es normal que no lleven el móvil encima.

Las manecillas del reloj van rotando, marcando el tiempo que pasa sin que reciba algún mensaje o llamada de mis progenitores, lo que me empieza a preocupar demasiado. Cojo el móvil que tanto he estado mirando durante estas dos horas esperando una llamada y sin pensarlo dos veces marco el número de mi padre otra vez. La respuesta es la misma: el contestador. La inquietud incrementa y decido llamar a Audrey, ella siempre dice las palabras correctas en el momento correcto para calmarme.

EL BOSQUE SAGRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora