Capítulo V (El profesor de surf: Parte II)

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Clara

Como iba a diciéndoos, después de unos momentos de tensión se dignó a dirigirnos la palabra diciéndonos:

_- Mira a quienes tenemos aquí, son un grupo de cuatro chicas que llegan tarde, ¿Qué raro, no? – dijo con un tono arrogante.

_- Pues eso que acabas de decir se ve a la legua sin necesidad de que digas nada, pero igualmente, estábamos cogiendo nuestras tablas ¿sabes? – le respondió Paola que no aguanta que la balicen y menos si es alguien casi de su misma edad por no decir de su edad.

_- Yo creo que estabais mirándoos en el espejo. Pero en cualquier caso, mi nombre es Jordan y soy vuestro profesor de surf. Espero que no lleguéis más tarde porque si no tendréis problemas.

_- Vale – le respondo, y nos damos la vuelta todas para coger nuestras tablas ya que después de subirlas las habíamos dejado apoyadas contra la pared. Pero nada más voltearnos, él nos llama y nos pregunta:

_- Oye chicas, ¿no os vais a presentar? – nos dice con un tono decepcionado bastante fingido.

_- Pues la verdad que no, para que nos regañes ya el primer día prefiero que no me conozcas – a la que ya le caía bastante mal el monitor.

_- Mira bonita, no es que quiera saber vuestros nombres, es que los necesito saber por si os necesito llamar la atención, que es lo creo que voy a hacer durante todo el curso. ¿Entonces me los vais a decir ahora o no? – nos pregunta mirándonos fijamente como si y supiera nuestras intenciones.

_- Ok, yo soy Paola – dice Paola con un tono de poco amigos.

_- Yo soy Catalina y yo Julia – dicen ambas muy confiadas.

_- Yo me llamo Clara – digo tímidamente, ya que después de la charla y bronca que nos acaba de echar no puedo ni levantar la mirada y mirarlo fijamente a los ojos. Y también porque toda la clase nos seguía mirando.

Mientras el profesor terminaba de arreglar las tablas, Julia y yo fuimos bajando a la playa ya que teníamos todo listo. Y no podíamos quedarnos allí esperando porque si nos quedamos nos morimos de vergüenza. En unos cinco minutos, bajan Paola y Catalina con las tablas seguidas del resto de la clase y nos dicen:

_- Chicas os espera el profesor arriba – dicen ambas en tono sarcástico ya que saben que nos va a echar otra charla y ni siquiera habían pasado diez minutos de la anterior.

­­_- ¡Qué, pero si no hemos hecho nada!, pero si todavía no son ni las diez y cuarto de la mañana y ya nos van a echar una segunda bronca y encima la misma persona – dije yo bastante desesperada, porque no creía que el día pudiera ir a peor, pero me equivoqué en eso también.

_- Tranquila Clara, no te preocupes, tu sólo distráete mientras nos echa la bronca: Fácil, sencillo y para toda la familia – dice Julia riéndose entre dientes, cosa que no entiendo con la que nos va a caer allí arriba en breve.

_- Venga chicas que os está esperando, no os demoréis mucho. Decirle que si a todo y listo. Mucho ánimo – dice Paola en un intento de tranquilizarme y animarme, que conste que no funcionó.

Subíamos escaleras arriba hacia la piscina del club mientras que los otros alumnos estaban calentando, que envidia nosotras a punto de ... algo malo y ellos allí pasándolo bien. El caso, nos encontramos a Jordan dando vueltas sobre si mismo dándonos la espalda, parecía enfadado o nervioso o una mezcla de ambos. Ambas vemos como se volteando para enfrentarnos y comienza la conversación o lo que vaya a ser esto, que ni yo lo tengo claro, diciéndonos:

_- En serio creéis que podéis hacer lo que queráis en mis clases, a mi me da que no. Por eso Julia te vas a quedar aquí después de que termine la clase a ayudarme a recoger los trajes de neopreno y las tablas. Mientras que tú, Clara vas a ... - lo interrumpo y veo la cara de Julia diciendo: por favor no digas ni hagas nada que esto pueda acabar peor. Pero yo no me corto cuando se meten con mis amigas sin razón o motivo y le dije:

_- Nosotras no hemos hecho nada y si quieres que juguemos a amenazas, tu tranquilo que las tendrás. Ahora es mi turno, así que qué sepas que mis padres y abuelos son amigos íntimos del jefe del club y si pongo una queja con motivos que la soporten, que conste que hoy tengo varios, te pueden echar. Así que si no tienes motivo no nos regañes, ¿Vale? – vi la cara de ambos, tanto de Jordan, que estaba alucinado y Julia que me estaba como mirando: Gracia, gracias, gracias. Rápidamente, y enfada me volteo y agarro a Julia de la muñeca y me la llevo a rastras a la playa, donde cuando llegamos nos encontramos a todos sentados en las tablas ya que hacía tiempo que habían terminado de calentar. Estaban muy aburridos sin saber que hacer por lo que cuando aparecimos todos nos miraron, cosa a la que aunque hubiera pasado un montón de veces no me había acostumbrado todavía y me sonrojé.

Fuimos Julia y yo a sentarnos sobre nuestras tablas, que estaban al lado de las de Catalina y Pola. Nada más sentarnos bajó el profesor, nos dio a toda la clase unas pautas de cómo ponernos de pie sobre la tabla y después de la explicación fuimos directamente al mar a practicar lo aprendido.


Nota de la autora:

Hay parte tres del monitor de surf, pero creo que de ahí no pasa jajaj.

Que paséis un buen día

Tiki tiki

Un verano un tanto peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora