No soy un héroe

Capítulo 1: Todo va según lo planeado.

Harry Potter era el hermano mayor de dos, tenía un hermano gemelo que se llamaba Adrian Potter. A pesar de ser el gemelo mayor, no era tan conocido como su hermano menor. cuando nacieron, se hizo una profecía sobre uno de ellos y por alguna razón Dumbledore pensó que se trataba de Adrián.

Un día, el malvado mago conocido como Voldemort irrumpió en su casa. Al darse cuenta de que habían sido traicionados, James Potter envió a su esposa arriba para proteger a los niños. James luchó valientemente contra Voldemort por un tiempo, pero finalmente perdió, Voldemort no perdió tiempo en subir las escaleras y dirigirse al dormitorio.

Rápidamente se ocupó de Lily Potter y centró su atención en los gemelos. El pelirrojo y de ojos marrones Adrian Potter gritó al verlo, mientras que  el de pelo negro y ojos verdes Harry Potter se quedo mirándolo. Voldemort disparó su maldición asesina, pero sin lugar a dudas se sorprendió cuando no funcionó, más aún cuando le devolvió el disparo.

Sirius Black llegó momentos después, maldiciendo a Pettigrew mientras lo hacía. Entró, afortunadamente para él su mejor amigo estaba vivo, también su esposa pero lamentablemente no despertaban. Revisó a los bebés, ambos estaban bien, pero antes de que pudiera hacer más, Hagrid irrumpió y dijo que Dumbledore quería que los llevara a un lugar seguro. Después de discutir un poco, Sirius cedió y dejó que se llevaran a los bebés, pensando que estarían a salvo y que él los recogería más tarde. Quería ir y matar a Pettigrew, pero decidió que llevar a James y Lily al hospital era más importante.

Mientras tanto, Hagrid acababa de entregar a los niños a Dumbledore. Dumbledore examinó a los niños, Adrian tenía una cicatriz en forma de V sobre su frente, Dumbledore después de algunos controles se dio cuenta de que no había magia oscura en ella. A diferencia de la cicatriz del rayo en la cabeza de el otro niño, Dumbledore planteó la hipótesis de que Adrian debió haber desviado la maldición asesina y parte del alma de Voldemort se aferró a Harry. Tenía sentido ya que era muy probable que Adrian fuera de quien hablaba la profecía, ya que nació justo cuando el séptimo mes muere a la preciosa medianoche.

Dumbledore decidió en ese momento dejar a Harry con su tía, ella odia la magia y ojalá se intensificara con los años, eso combinado con unos cuantos encantos la pondrían furiosa con el chico. Si todo va bien, eventualmente lo mataría, dejando las manos de Dumbledore limpias y deshaciéndose del horrocrux. Si no, podría idear un plan cuando Harry llegue a Hogwarts.

Dejó a Harry en la puerta de su casa y se fue con Adrian, mientras sonreía. Sí, todo iría según lo planeado.

Daphne Greengrass se estaba despidiendo de sus padres en el andén del tren, era una chica joven y bonita de cabello rubio y ojos azules. Ella también era la heredera del nombre y la fortuna de Greengrass, por lo que tenía que tener mucho cuidado con quién se hacía amiga, como sus padres le recordaban constantemente.

Se dirigió al tren y finalmente encontró un compartimento que estaba casi vacío. Dentro había un chico que aparentaba su edad, tenía el pelo negro desordenado y vestía ropa muggle. Vestía zapatillas blancas, pantalón de mezclilla azul, camisa blanca y chaqueta de cuero negra. No estaba segura de si era muggle porque incluso algunos sangre pura usaban ropa muggle, no es que le importara la pureza de la sangre.

"Disculpe", dijo, "¿puedo sentarme aquí, por favor?"

"Por supuesto" El chico desvió su atención de la ventana y la miró, ella entró y colocó su baúl en el compartimiento sobre su cabeza antes de sentarse.

"Soy Daphne Greengrass" Ella extendió su mano. El chico la tomó y le dio un pequeño beso en la mano, 'sangre pura' pensó Daphne, ya que era poco probable que un muggle realizara un saludo formal.