LSELL | Charlotte Swan es una adolescente conocida por su corazón bondadoso y su actitud alegre.
Jamás ha creído realmente en el amor de pareja, sin embargo, su vida se pone patas arriba cuando conoce al nuevo miembro de la manada Quileute.
Seth Cl...
RECUERDEN SIEMPRE LEER LAS NOTAS AL FINAL DEL CAPÍTULO.
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. . .
—¿Ahora? —preguntó por milésima vez.
—Aún están ocupados. —respondió cansada. —Cuando sea el momento yo misma te arrojaré por la ventana para que vayas a tocar la puerta.
Seth estuvo a punto de defenderse cuando su celular sonó. Lo sacó de su bolsillo y se lo mostró antes de responder y ponerlo en altavoz.
—¿Hola? —preguntó él, recibiendo como respuesta un suspiro de alivio.
—Hola Seth, soy Bella.
—¡Ya lo sabemos! —habló Lottie.
—Hola, Bella. —saludó el muchacho. —¿Cómo estás?
—Bien. —respondió con simpleza.
—¿Llamas para saber las últimas noticias? —preguntó y soltó una risa en cuanto Charlotte comenzó a jugar con Lenny.
—Pareces un psíquico. —dijo la castaña.
—Bueno, no soy Alice. —bromeó él. —Pero tú eres bastante predecible.
—Sé que lo soy. —contestó y esperó unos segundos. —¿Cómo está él?
Charlotte volteó a verlo de inmediato y guardó silencio, la tristeza en su rostro lo hizo suspirar.
—Igual que siempre, se niega a hablar... Aunque sabemos que nos oye. —respondió y abrazó a su chica con su brazo libre. —Procura no pensar de forma humana, ya sabes. Y se limita a seguir sus instintos.
—¿Conoces su paradero actual? —murmuró Bella.
—Está en alguna parte al norte de Canadá, no se exactamente dónde. Jake no presta mucha atención a las fronteras entre los Estados.
—¿Alguna pista de si...
—No volverá a casa, Bella, lo siento. —la interrumpió, sintiendo una opresión en el pecho al escuchar el suspiro de resignación de Lottie.
—Está bien, no te preocupes Seth. —lo tranquilizó la mayor. —Lo sabía antes de preguntar, pero es que no puedo evitar el desearlo.
—Todos lo deseamos. —concordó con ella.
Isabella aclaró su garganta y cambió el tema. —¿Charlotte está contigo?
—Sí, estoy en su habitación. —asintió a pesar de que no lo veía. —Hoy es mi primera visita.
—¿En serio? —sonrió a medias. —Suerte con el rifle y maten tus manos alejadas de mi hermana.
