Mirando el atardecer, recordando.
Este paisaje solía parecerme pacífico, pero las cosas han cambiado.
—Sabía que te encontraría aquí. —Reconozco la voz de inmediato y un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Mi vista se nubla, el dolor que he estado sintiendo se hace más intenso.
—Hola Jael.
Se quedó en silencio un momento, mientras se sentaba a mí lado. El recuerdo de que ya habíamos hecho eso tantas veces me dolía, porque recalco, las cosas han cambiado.
—Sabía que estarías triste Abby, pero tenía que venir a verte. —Suspiró.
—¿Tienes algo importante que decirme?
—Sí. —Estaba buscando la manera más fácil de decírmelo. A pesar de todo, siempre se preocupó por no lastimarme, por hacer lo mejor para mí. Se preocupaba por mí felicidad. —No sé cómo decirte esto.
Sonreí, porque había llegado a conocerlo tanto.
—Tranquilo, sabré manejarlo.
—Abby. —Hizo una pausa. —Me voy de la ciudad.
Una ola de tristeza duplicó el dolor que sentía. No puede ser.
—¿Por cuánto tiempo? —Fue lo único que pude decir, quería tener certeza de que al menos regresaría, de que aún podría tener una oportunidad.
—No lo sé, es que mis padres tienen una oferta de trabajo.
—Eres mayor de edad Jael, puedes tomar la decisión de quedarte.
—Yo quiero ir.
Las palabras dejaron mi boca sin poder retenerlas. —¿Quieres alejarte de mi? —Voltee para verlo.
Sonrió, sus ojos encontraron los míos. Solía mirarme a los ojos cuando quería decirme la verdad.
—Prefiero morir. —Mis latidos se aceleraron, mi mente se volvió un caos. Él causaba tantas cosas en mi. —Sabes que te amo Abigail, y por eso mismo creo que te hará bien no verme un tiempo, necesitas curar las heridas que te he causado, quiero darte espacio.
Entendía perfectamente, pero al mismo tiempo no quería aceptarlo. —Me va a doler más no poder verte.
—Te prometo que volveré.
—Me prometiste que nunca me dejarías.
—También te prometí siempre hacer lo mejor para ti, y esa decisión lo es y lo sabes. —Si lo sabía, pero eso no me ayudaba a no estar triste. —Y créeme no es definitivo.
—No entiendo.
—Preciosa, algún día el obstáculo que nos separa ya no estará. —Es increíble que los padres puedan convertirse en un obstáculo, cuando no te dejan tener tus propias experiencias por miedo a que te lastimen.
—Mis padres no se van a morir o algo así. —Mi comentario hizo que Jael se ría y su risa hizo que mi enojo por haberme terminado desapareciera.
—No, pero ellos entenderán que estás mayorcita como para enamorarte y tener novio. —Se acercó un poco a mi, tocó mi rostro. Ese gesto tan simple de él siempre me enamoraba un poco más. A veces me preguntaba si se podía amar tanto como lo amaba.
—¿Y entonces?
—Y entonces regresaré y si aún no conoces a alguien mejor, te vas a casar conmigo. —Pegó su frente a la mía. —¿Aceptas?
—Acepto.
Y lo besé. Sabía que al no ser novios no se puede besar a alguien, pero con él, era imposible tenerlo así de cerca y desaprovechar esa oportunidad.
Correspondió mi beso, y se sentía tan bien como siempre. Sus suaves labios en los míos. Nuestra sincronía se había vuelto perfecta, desde hace ya un tiempo atrás. Cada que nos besamos yo sabía que estábamos hechos para estar juntos. Era mágico el momento en que él aparecía. Mi corazón latia tan fuerte que tenía la sensación de que Jael podía escucharlo.
Al separarnos no podía faltar mi sonrisa, costumbre mía era sonreír después de besarnos.
—Faltó decir "ahora los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia". Siempre adelantandote preciosa.
Eso me hizo reír un poco. — Te voy a extrañar.
—Y yo a ti, como no tienes idea. —Besó mi frente. —Pero no es un adiós, es un hasta pronto.
—Hasta pronto Jael. —Lo abracé, sintiendo su calor, enserio lo iba a echar de menos
Después de eso recuerdo haberlo visto alejándose. Tenía muchas ganas de correr a él y pedirle que se quede, no me importaba dejar todo atrás por él, mis padres, mi hogar. Él era mi todo y todo lo que quería en mi futuro.
Lastimosamente no tuve el valor de detenerlo y hasta hoy me arrepiento.
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Tú, mi destino.
Teen Fiction-Abigail-Suspiró, su tono era serio, él, que por lo general solía ser un chico tan burlón, parecía estar por decir algo importante. -Te amo. Definitivamente era importante. Te amo no son palabras que se toman a la ligera. Es un sentimiento demasiado...