Blanca como un papel. Salí corriendo, Sam esperaba a fuera. A lo lejos escuché un llamado seguramente era mamá pero estaba tan confusa que no logré reaccionar. Me subí al automovil y Sam comenzó a hablar sin embargo no entendí lo que decía ya que estaba en shock, lo único que pude pronunciar fue un:
- Avanza.
Si, si ya sé que no son formas de recibir a un padre pero... No lo sé tantos años sin estar a mi lado, tanto tiempo sin poder jugar como todas las niñas lo hacían con sus padres... Siempre soñaba que llegaría me abrazaría y luego me invitaría a tomar un helado, me acompañaría a la plaza, me abrazaría y me haría cosquillas. Siempre soñé que fuera él el que hechara vuelo al columpio y no mi hermano, simplemente deseaba amor de padre, sentir los tiernos brazos de él, un beso en la frente antes de dormir, que me contase un cuento... Que fuera el causante de mi felicidad no de mi soledad.
Salí de mi ensoñación y por fin pude escuchar al pobre Sam que estaba preocupadísimo.
-Ya guapa necesito saber que pasa, me tienes bastante preocupado y si no me contestas entonces no vam...-pero lo interrumpí.
-Jodido mundo Sam! Vamos, mañana te contaré todo pero hoy, hoy nadie absolutamente nadie arruina mi día- Dije bastante decidida aunque por dentro todo me estaba haciendo pedazos.
-Okey... Parece que hoy tendré que cuidarte más de la cuenta "muchachita"- dijo a regañadientes.
-No vuelvas a llamarme así o juro que le hago una sutil raya a tu preciado y por cierto hermoso auto.
Si es verdad, con esta corta y estúpida discusión con Sam se me había olvidado lo de mi padre, pero ahora volvía a mi todo el recuerdo. Aunque debo amditir que con Sam a mi lado todo es mucho mejor, sus ojos me iluminan a cada segundo... Y su sonrisa... Y sus hermosos labios... Si tan solo los pudiese tocar... Ayayai este chico me jode la existencia arreglando todo con su jodida sonrisa. Si chicos, esto es un secreto, pero desde que tengo nueve años que Sam me vuelve loca.
-CATHERIN! POR LA REVERENDA MIERDA HAS ESCUCHADO ALGO DE LO QUE DIJE?- mierda, esta vez si que me había pasado, me quedé embobada mirándolo y no escuché absolutamente nada de lo que dijo.
-Qué? Ah? Hey chico rudo no me vengas a tratar así!- le advertí. Él sonrió y me hizo una seña para que mirara al lado derecho.
-Hemos llegado señorita... Ya sabes no mu...
-No muchas drogas y ser responsable-puse los ojos en blanco.
-Muy bien, ahora si me permites, te presentaré a alguien que quiero hace algún tiempo que conozcas.-Me guió a una sala.
Quedé perpleja al ver como Sam besaba a la chica... Cuando terminaron su apasionado beso Sam me la presentó como su amada novia y cuando me iba a saludar, no aguanté más, salí corriendo y me perdí entre la multitud. Justo en ese momento como caido del cielo comenzó a sonar una de mis canciones de electrónica favorita Animals se escuchaba a todo volumen, no pude reprimir lo contenido y comencé a saltar, saltar, gritar hasta logré que una lágrima rodara por mi mejilla.
-Jodido mundo!-grité a más no poder.
-Jodido mundo!-gritó una chica bastante loca al lado mio.
-Jodido mundo!-gritamos a coro.
Si fue raro, pero aquella chica me simpatizó, decidí hablarle.
-Hola-le dije gritando
-hoooola!
-Cuál es tu nombre?!
-Andrea y el tuyo?!
-Catherin!
-Mucho gusto Catherin-dijo mientras saltaba como una cabra loca.-Hey! Chica creo que ese papasito de ahí te está mirando mucho- lo indicó sin vergüenza alguna. El chico se comenzó a reír y caminó hacia mi. Nonono! Chicas no puede dar un paso más, soy pésima hablando con hombres y este no será la excepción, a parte con el cuerpo que tiene, y esos ojasos verdes...
-Hola!-saludó energicamente.
-Hola...-respondí algo insegura.
-Y quieres ir a bailar?
-Po...por supuesto!- me tomó la mano y me condujo hacia la multitud.
Bailamos, gritamos, cantamos y nos reímos mucho. Me la había pasado genial con aquel chico, que por cierto se llamaba Nicolás. Nos pasamos los números y bueno él tiene 19 y yo 15 no sé que es lo que pretende él de mi, ni yo de él, pero bien hay que intentar de todo en esta vida... Es algo que me enseñó mi nueva amiga Andrea. Ah por cierto luego de dos horas Sam me había encontrado, no le presté atención y le pedí que me dejara tranquila y que se fuera con su novia... Y bueno así lo hizo, me quedé sola con Nicolás, el que después de un rato me invitó a tomar un par de copas... Les confieso que nunca antes había ingerido alcohol, pero intenté pasar como una experta en tragos, luego me preguntó si fumaba y yo le pedí que me enseñara, y así lo hizo, me enseño a aspirar de la manera correcta el humo "deja que llegue a tu pecho, sentirás una extraña sensación y tocerás, pero luego pasará, bota el humo lentamente y disfruta el momento", claro que disfruté el momento si un papasito como aquel me enseñaba a fumar. Luego de un rato comenzó a sacar de una bolsa algo verde, al principio tan ingenua creí que era 'oregano' si oregano, pero luego de ver lo que hacía con ese oregano me dí cuenta de que no era un aficionado por los condimentos ni nada de eso, si no que era marihuana. Me ofreció y claro que acepté. Pasados dos minutos miraba a la nada, se me había olvidado todo y reía de todo lo que se me cruzaba, él me sonreía y yo reí como nunca antes, le hablaba a las personas como si los conociera de toda la vida, esto si que era mágico. Acabado el efecto de la droga me di cuenta de que no era nada parecido a lo que imaginaba, yo creía que iba a ver unicornios saltando, conejos ladrando, repollos volando... Hey si, no se rían eso es lo que pensaba, pero lo único que sentí fue una cálida sensación de olvidar todo.
Nicolás me fue a dejar a mi hogar, "hogar dulce y tortuoso hogar" hora de enfrentar problemas? No, no, no... Entré corriendo a mi habitación y le puse seguro, no quería saber nada de nadie. Simplemente me recosté sobre la cama miré hacia la nada y un profundo sueño me llevó a besar a Sam...
