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Yuna se encontraba frente al espejo de su cuarto. Observaba su cabello oscuro pensando que necesitaba un cambio.

Esa tarde, salió de su casa para dirigirse al centro de la cuidad y buscar alguna peluquería. Quería intentar algo nuevo. Cortarlo, cambiarle el color. No estaba muy segura, pero sabía que necesitaba algo diferente.

Caminando por ahí, llegó a una peluquería. No recordaba haberla visto antes, pero es que ella era muy distraída; ese lugar estaba ahí desde hace mucho.

Decidió entrar y esperó a ser atendida. No tardó mucho ya que había muchos peluqueros trabajando ahí, y ella era la única que estaba esperando.

Le tocó ir con una chica un poco más bajita que ella. Tenía su cabello de dos colores. Negro y un tono rosa. Yuna ladeó un poco su cabeza pensando en si ese estilo le quedaría. Y decidió que no.

—Hola, soy Ryujin. ¿Qué te harás en el cabello? —dijo la chica en cuanto Yuna se sentó.

Esta última miraba a la chica por el espejo. Se distrajo un momento pensando en lo bonita que Ryujin le había parecido.

—Eh, Yuna, soy Yuna. —se apresuró a decir en cuánto salió de su trance—... Y la verdad no sé qué hacer. Quería un cambio. No sé si teñirlo, cortarlo... ¿Qué me recomiendas?

-—Mmm... —Ryujin pensó mientras tomaba un peine y empezaba a peinar el cabello de Yuna; se sintió un poco tonta, porque no pudo evitar sonrojarse.

—En principio, hay que cortar un poco las puntas... —empezó a decir en lo que terminaba de peinarla—. Y si quieres un verdadero cambio, si fuera tu me teñiria—sugirió y se llevó un asentimiento por parte de Yuna.

Hizo lo que dijo y cortó las puntas del cabello. Y ahí fue cuando se encontró con otro dilema de su clienta.

—No sé de qué color teñirme. —y la miró otra vez pidiendo una sugerencia.

Hablaron durante unos segundos y Ryujin le mostró muestras de cabello de diferentes colores. Desde clásicos, como los castaños y rubios, hasta colores un poco más raros como verdes y naranjas.

Yuna seguía indecisa.

—Mira este... —Ryujin le señaló una muestra de cabello de un rojo bastante intenso—. Creo que se te vería muy bien.

Yuna se miró durante unos instantes al espejo. Había estado queriendo un cambio, y la verdad el rojo le había gustado mucho. Acabó por acceder y luego de un buen rato, su coloración estaba lista.

Ese día se despidió de Ryujin con una sonrisa.

Sabía que no pasaría mucho tiempo para que el color empezara a irse, y había decidido que volvería a aquel lugar otra vez.

Y así lo hizo unas dos veces más. Ella era muy extrovertida y no tuvo problema en charlar con Ryujin mientras su coloración era renovada.

Ambas habían quedado pensando en la otra. Tenían cierta curiosidad.

Yuna se sentía emocionada de volver a la peluquería, y Ryujin se sentía de igual manera al verla dirigirse hacia ella con las raíces oscuras haciendo presencia nuevamente.

La cuarta vez que visitó ese lugar, la conversación empezó de la misma forma que las dos veces anteriores.

—¿Rojo de nuevo o vas cambiar?

—Rojo de nuevo. No era de usarlo mucho pero en este tiempo me di cuenta de que el rojo es un color muy bonito... Cómo la chica que me lo recomendó. —dijo con seguridad, descolocado a Ryujin un momento.

Yuna le brindó una sonrisa mirándola al espejo. Ryujin imitó el gesto y procedió a pintar el cabello de la chica.

Mientras la tintura de la chica reposaba, Ryujin siguió atendiendo a otros clientes y en algunas ocasiones intercambiaba miradas con Yuna. Fue en ese momento a solas, cuando ella empezó a sentirse un poco tonta por el comentario que había dicho anteriormente.

Cuando el tiempo requerido pasó, Ryujin le lavó el cabello, lo secó y peinó.

—Listo. —anunció sonriendo ligeramente.

—Se ve muy bien. Gracias. —dijo Yuna con emoción.

A Ryujin le dio ternura. Su cabello siempre quedaba igual y Yuna siempre se tomaba la molestia de decirle lo bien que había quedado.

Ella asintió feliz y se despidió dejándola sola nuevamente. Yuna se dirigió a la entrada de la peluquería, pagó, y sintió sus nervios aparecer cuando Ryujin se acercó. No se acercaba a ella, sólo iba al estante donde estaban los tintes y las demás cosas que ella usaba en su trabajo.

Ryujin acabó por girarse a verla y ahí la pelirroja se dio cuenta de que había estado mirándola fijamente sin disimulo alguno. Se sintió avergonzada cuando vio a la contraria morder su labio inferior para contener una risita.

Entonces Yuna pensó con cuidado lo que haría a continuación. Sería algo súper raro invitarla a salir, aunque no quería hacer eso realmente. Sólo quería su número, o... La verdad no sabía qué quería. Le daba curiosidad conocerla, pero ahora que se encontraba en esa situación, no sabía cómo decírselo. Acabó por acobardarse, así que sólo tosió con incomodidad y rascó su cabeza antes de susurrar un adiós.

—Hey... —la detuvo Ryujin—. Tienes razón. El rojo si es un color muy bonito... Casi tanto como la chica a la que se lo recomendé. —dijo y se giró para seguir buscando un tinte.

Yuna no se molestó en esconder la gran sonrisa que se formó en su rostro. —Nos vemos luego. —se despidió más segura.

—Luego... Quizás hoy sí puedes venir más o menos en una hora cuando salga de aquí. —antes de dirigirse a un cliente, Ryujin sonrió y le dio una última mirada a Yuna.

La pelirroja con su tinte recién renovado abandonó el lugar con ganas de ponerse a brincar para festejar que, después de todo, había conseguido esa cita.




Mis one shots son re random, y tengo una obsesión con que Yuna sea clienta del lugar donde Ryujin trabaja ahre.

Igual como siempre, espero que lo disfruten y que estén bien uwu. ♡

ⓡⓔⓓ ; RyunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora