❛ Forbbiden Love « ✇ ุ๋ ⸱ jaywon ❜

Capítulo 2

Al descender a la tierra supo que el paisaje era más hermoso en persona que verlo desde el cielo.

Aunque en el cielo no había humanos malvados que trataban de acabar con la belleza creada por el señor, le parecía injusto tener que ver como los inocentes morían en manos de asesinos enviados por demonios.

Lo único que tenían permitido en el cielo era aborrecer a los demonios, ellos estaban mal, no eran buenos y hacían sufrir a todo el mundo.

No importaba que la mayoría de ellos hayan sido ángeles.

Su misión era descubrir quien era el causante de tanto alboroto en el último tiempo. Chaeyoung dijo que hubo más muertes de las que sabía haber y que la gente comenzó a alarmarse, ya no querían ni mirar por la ventana.

"Todos merecen una vida mejor"

Así fue educado él.

Caminando por la gran ciudad pudo ver qué no había casi nadie circulando, al parecer la situación era más terrorífica de lo que pensaba.

Chaeyoung le había mandado una dirección a la cual debía ir, dijo que se hospedara ahí por un tiempo, además de que sería seguro hacerlo.

Una sensación extraña recorrió su cuerpo, el olor metálico inundó sus fosas nasales. Quizás los humanos no podían verlo (no estaba seguro de eso), pero él efectivamente podía ver a todos, sentir y escuchar.

Su olfato se agudizó un poco más y llegó al punto más fuerte de aquel aroma que posiblemente era sangre.

Sus ojos bendecidos por la luz divina estuvieron a punto de mancharse al ver tal acto de crueldad y enfermedad.

Efectivamente había alguien muerto, pero no sólo eso, sino otro humano que literalmente se lo estaba devorando.

No pudo aguantar las ganas de vomitar ahí mismo.

¿¡Qué le pasaba a los humanos!?
¿Por qué se destruían entre ellos?

Dios pareció haberlo mandado a su lecho de muerte más que a una misión.

Pero si Dios sabía que iba a morir pues no lo habría mandado, ¿Verdad?

Jungwon no notó que alguien más lo estaba observando, se encontraba arriba de un edificio con sus alas negras extendidas y su cabello azabache bailando al ritmo del viento.

Chaqueta negra, jeans negros y zapatillas negras. Muy clásico de un demonio ¿Verdad?

Pues Jay no podía evitarlo, no le gustaban los colores puros del "Señor de los cielos".

── ¿Me mandaste un angelito para que me vaya? Que amable eres, Heeseung. Lo disfrutaré.

La ciudad prácticamente estaba exterminada, Jay, o como a Dios le gustaba llamarlo "Lucifer", se encargó de ello.

Vaya nombre...

── Te ves apetitoso desde aquí arriba, angelito.

Se tiró del edificio extendiendo sus alas, y con rapidez quiso tumbar al muchacho de cabellos castaños.

Grata fue su sorpresa cuando los ojos color zafiro del ángel se toparon con sus profundos ojos negros.

Ambos quedaron en trance, mareados y confundidos.

Jungwon sintió la muerte más cerca que nunca, quedó paralizado.

No tenía idea de cuantos segundos estuvieron así, por un momento creyó haber visto la oscuridad en primer plano, su alma parecía querer abandonarlo y cuando pudo reaccionar, se alejó poniéndose en guardia.

Al demonio le tomó unos segundos más poder quitarse esos ojos zafiro de la mente. Quedó hipnotizado por un ángel, uno más hermoso que los que se encontraban en su estadía en el cielo.

Profundos. Desprendían pureza, tanta que llegaba a dar miedo.

── ¿Qué hace un ángel de Dios en territorio de demonios?

Debían mantener la compostura, Jungwon supo que era un demonio, no sabía exactamente que tipo de demonio era, pero debía ser precavido.

── La tierra es el lugar que creó Dios para formar vida y que siguieran sus pasos. Los demonios no son bienvenidos, ustedes pertenecen al infierno, ahogándose en la desgracia de ser pecadores.

Park sonrió ante el comentario y pegó sus pies al suelo, ahora con paso lento se iba acercando al ángel atemorizado.

── Créeme, he matado a menos personas que tus mismísimo Dios, al que le rezas todas las noches. Nadie puede creerse superior a él, ¿Qué se supone que es eso? ¿Egoísmo? ¿Miedo a no ser el Todopoderoso?

>> Tú haces todo lo que él dice porque crees que está bien, él dijo que está bien. Tienes el cerebro lavado por agua de ángeles. Eres tan tonto.

Yang resopló. No le gustaba que hablara así de aquel que le dió la oportunidad de vivir.

── ¿Y quién eres tú para decir eso? De seguro eres un demonio de baja clase que no sabe más que hablar. Si yo te llevara con el señor, de seguro estarías llorando en sus pies.

Una risa estruendosa se escuchó por toda la ciudad. Parecía que le habían contado el mejor chiste de la historia.

── Estoy seguro de que no tienes idea de quién soy.── Mirando al castaño una vez más decidió hacer su presentación── Mi nombres es Jay Park, o como a tu Dios le gusta llamarme, "Lucifer". Un ángel caído, aquel que quiso destronar al "superior". Príncipe del Inframundo y antiguo arcángel.

── ¡Satanás!

── ¡O el jodido satanás! vaya confianza. Te dí varios nombres y eliges ese.

Yang se tensó un poco, digamos que no todos los días veías al señor del Inframundo a tan sólo unos centímetros de tu cara.

Debía admitir que era guapo....

¡Claro que lo era! Él debía reflejar tentación, ¡Es sólo por eso, Yang Jungwon!

── ¡No caeré en tus juegos, Lucifer!

Algo que debía admitir Jay, era que no le gustaba lidiar con ángeles estúpidos como él.