Dolor

834 47 4
                                    

Estoy sudado, y a decir verdad un poco cansado, aprieto la almohada a un lado de mi cabeza, Zilv sigue arriba mío mientras se recupera, siento su respiración pesada y su corazón golpeando contra mi pecho, creo que se está quedando dormido, siento mi cuerpo entumido, mi entrada arde, hace más de dos semanas que no hacíamos el amor y hoy llego muy efusivo, no sé qué paso, lleva días distante, semanas, tal vez más, no sé por qué están cambiando tanto las cosas, ¿Qué es lo que está mal? ¿Por qué nos estamos perdiendo?

Zilv se endereza, se sienta en la cama, ni siquiera me mira, camina al baño, se encierra y después escucho la ducha, giro mi cuerpo y tiro de la manta para cubrir mi cuerpo, me enrollo con ella y me acuesto de lado haciendo de mi cuerpo una pequeña bolita en medio de la cama, y de forma inexplicable siento unas inmensas ganas de llorar, mi cuerpo convulsiona en dolor callado y opaco.

El teléfono de Zilv suena y sé que es “el”, esa pequeña perra que roba mi vida, mi alma y mi corazón, ¿Por qué estoy haciendo esto? Durante años he vivido siendo deseado, por hombres y mujeres, y con el entretenimiento que ofrezco en línea aún más, he visto las miradas sobre mi cuerpo, he oído cada palabra, cada piropo y sin embargo ahora me sienta tan poca cosa, es que ¿No soy suficiente? Daría todas esas miradas por qué fueran solo una de Zilv, que sea él quien me vea, quien me hable, quien me deseé.

El teléfono deja de sonar, solo dura dos segundos y vuelve a hacerlo, y de repente toda la rabia acumulada sale de mi interior y explota en todo mi cuerpo, tomo el teléfono del buró, lo contesto y en menos de un segundo ya estoy gritándole a la bocina.

- ¡¡QUIERES DEJAR DE LLAMAR A MI CASA!! YA SE QUE ME ODIAS, PERO AL MENOS RESPETAME UN POCO, ZILV ESTA OCUPADO, ¡ESTA CONMIGO! - grito con la voz más gruesa y pesada que me sale, apenas puedo respirar, mi cuerpo tiembla, mi sangre se queda helada y ya no sé qué más hacer.

- Jaja ¿Qué dices Rourke? Si está contigo es por qué hoy no lo pude atender, pero ya me desocupé y estoy seguro que lo dejaste con ganas, digo ya sabes que- no lo dejo terminar cuando grito nuevamente- ALEJATE DE EL!!- acto seguido cuelgo y al mirar al frente Zilv está parado en la puerta del baño viendo mi estado deplorable, un triste “perdón” es todo lo que sale de mis labios.

Él no dice nada solo toma ropa del clóset y procede a vestirse, toma su cartera, llaves y por último arrebata su teléfono de mi mano.

- ¿A dónde vas? Ya es más de media noche- digo y de alguna forma sueno desesperado, como si estuviera listo para arrodillarme ante él.

- Enserio lo preguntas- suelta un suspiro, se acerca a mí y me da un beso en la frente para después marcharse.

Para finalizar con el principio del fin suena la puerta de la entrada, y su eco hace un hueco dentro de mi pecho que carcome mi corazón, lo sé, ya me he hecho suficiente daño a mi mismo, trate de aferrarme a una causa perdida y en el proceso rebaje mi dignidad. La humillación y el dolor que pase me los hubiera podido ahorrar si hubiera tenido el valor de decir “basta”, pero continúo con la esperanza.

Perdón amor mío, pero estoy cansado de luchar contra la corriente, estoy arto de espera la felicidad que no regresará, está bien, debí de entender tu deseo y no forzar las cosas de esa manera, adiós amor, mi vida, mi alma y mi otra mitad, ya entendí, yo perdí…

EsperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora