El bote salvavidas

11 1 0
                                    

El otro día eché la vista atrás y no sé cómo, que casi sin darme cuenta he dejado atrás esa niña insegura y con miedo que se refugiaba en su bote salvavidas, me di cuenta de que hace tiempo que salté de ese bote, que preferí ir nadando hacia la orilla porque me acordé de que yo ya sabía nadar. Hace poco vi aquel bote en el puerto y aunque lo miré con cariño y nostalgia di un paso hacia alante porque sabía que ya no lo necesitaba. A veces me siento mal por no volver ahí, siento que reniego que un día ese bote me ayudó, pero tal vez su presencia solo hizo que yo tardara mucho más en llegar sola a la orilla. Siempre le tendré cariño al bote salvavidas, pues en parte me salvó cuando creía que no sabía nadar, siempre le tendré en mi corazón, pero ya no lo necesitaré nunca más.

Todo lo que soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora