[~Día 1~]

479 36 16
                                    

[Pov:Elaina]

- "¿Cuál es su nombre?" - preguntó uno de los guardias.

- "Soy Elaina, la Bruja de las Cenizas" - Respondí casualmente como siempre ocurría cada vez que viajaba a un nuevo país.

- "¿Usted es una residente de este país y ha decidido volver o es una viajera?" -

- "Soy una viajera" - Respondí.

Ahora que me doy cuenta, los dos guardias están juntos comiendo un pan con forma de corazón, en cuestión eran un hombre y una mujer, es solo que fue una simple curiosidad que noté.

Antes de que abrieran las puertas al país la guardia me volvió a llamar.
- "Disculpe señorita bruja" -

- "¿Ocurre algo?" - me quedé confundida ante su llamado.

- "¿Usted no tiene pareja?" -

- "No" - respondí rápidamente.

- "Oh, pues disfrute de su estancia en el país del amor!" -. Los guardias abrieron la puerta después de eso.

Ya estaba empezando a tener una idea de lo que me encontraría aquí.

Al ver el interior podía ver un país pacífico, algo que ya he visto comúnmente en la mayoría de mis viajes, a excepciones de algunas veces.

La mayoría de la gente estaba en grupos de dos, ya sean pareja de adultos, chicos cuidando de sus hermanos pequeños, pareja de chicos y chicas, perros, gatos, absolutamente todo.
Supongo que esto tiene que ser parte del encanto de este país.

Las casas parecían estar hechas de madera, algunas de ladrillo y otras de cemento. También pude divisar un palacio bastante enorme donde se supone que se debe encontrar el rey de esta nación.

Tanto caminar y ver este país me está entrando hambre, solo espero que los precios aquí no sean caros. No voy nada sobrada de dinero.

Luego de caminar por unos minutos logré llegar a una panadería y mi sentido del olfato detecto el olor a pan caliente, algo que hizo que mi estómago empezara a desesperarse.

- "Disculpe, ¿Cuánto es el precio por un pan?" -. Pregunté mientras sentía como si mi estómago estuviera listo para la gloria.

- "Una moneda de cobre" - respondió amablemente el señor.

Vaya regalo...si realmente existe Dios, le agradezco estos precios.

El señor me entregó el pan que tenía forma de la mitad de un corazón, bastante extraño pero mientras sea comida no pienso desperdiciarla.

- "Oh señorita bruja espero que encuentre la suerte de encontrar a alguien que tenga la mitad de su corazón...¡Vuelva pronto!" -

Y así me marché de ahí, con mi estómago felíz y yo extraña ante las palabras finales del panadero.

- "¡¿Eres mi alma gemela?!" -
- "¡Se mi novia señora bruja!" -
- "Ya no seré un virgen...¡gracias a el pan de la fortuna!" - Cosas así escuché apenas salí de la panadería, fui rodeada por varios hombres que también tenían un pan con forma de corazón a la mitad.

- "A P A R T E N S E" - Saqué mi varita y solo con esa simple amenaza todos se marcharon, algunos deprimidos y otros asustados.

Malditos hombres hambrientos, ya uno no puede ni disfrutar de una comida tranquila.

Me senté en un banco, cerca de una pequeña fuente para relajarme y seguir comiendo del pan, cuando de repente...

- "Cariño, ¿no te da pena esa pobre bruja?" -
- "Si...no tener a nadie con quién compartir el pan es muy triste, va a quedarse sola por el resto de su vida" -. Escuché de una pareja a un banco cercano que estaban observandome sin cortarse en sus palabras mientras comían un helado.

El País del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora