Capítulo 5.- ¡Eras tú!

121 13 5
                                    

Capítulo 5.

—Oh vamos, si la casa esta reluciente. ¿¡Que pacto han hecho!?— dijo Sophie sorprendida al entrar a la casa. April corrió hacia ella y la envolvió entre sus delgados brazos.

 —Te extrañe— dijo. Sophie no se parecía a April. Eran totalmente distintas, Sophie era morena, de ojos marrones y cabello lacio y oscuro. Pero ambas eran guapas, aunque Sophie siempre había logrado llamar más la atención. Arthur apareció rascándose la nuca y con una sonrisa en sus labios, April se apartó y Arthur aprovecho para recibir a Sophie en un abrazo.

—Yo igual los extrañe, espero hayan sabido controlarse ambos— dijo paseándose por la casa con la maleta arrastrándose tras de sí escuchando los chillidos de ambos tras ella. ‘¡Ella está loca!’ decía Arthur. ‘¡Él es un idiota!’ chillaba su hermana menor.

Se detuvo al ver frente a ella el mismo oso de peluche que Arthur había dicho que iba a regalarle a Cristina para terminar con ella en paz. Ladeo la cabeza confundida y se hizo escuchar entre los alardeos —¿Arthur aún no le has dado eso a Cristina?—. Se giró y vio las expresiones en ambos, Arthur tenía la palma de su mano estampada en su rostro y sus labios apretados.

April por otro lado estaba roja y con los labios levemente abiertos. Para después tener una mirada completa y llena de decepción. —¿Fuiste tú? ¡Claro! A.B. Arthur, ¡Que estúpida fui!— decía agitada. Parecía contener su ira, y su llanto de niña chiflada.

Arthur la tomo de la mano algo ansioso —No es lo que crees, bueno si April, pero no sabes porque…

—Te creí incapaz de hacer eso— dijo ella aparatando la mano y viendo a todos lados como si estuviese buscando una forma de escapar y estar sola. Sophie tan solo alzaba su ceja completamente fuera de lugar. —Incluso me enyesaron la mano por ti, por el remitente. ¡Ya entiendo porque no querías que lo buscará! Porque todo este tiempo habías sido tú… e incluso acuse a un homosexual.

—Vamos April, no conoces a Cristina, déjame…

—Cállate, eres un poco hombre ¿Cómo te atreves a terminar una relación de tal manera? Realmente creí, creí que tú no eras ese tipo de chico. Pero si tienes…

Arthur calló a April cubriendo su boca con la suya. No se movieron, tan solo unió sus labios en un casto beso. Los labios de Arthur eran suaves y dulces, sabían a manzana, el sabor ácido y dulce de una manzana que recién había comido. April nunca en su vida había besado a nadie, pero era algo completamente maravilloso.

Cuando rodeo el cuello del mayor con sus manos pareció darse cuenta de que estaba haciendo. Y con quien lo hacía. Frunció el ceño y flexiono su rodilla golpeando el abdomen del chico y corrió con todas sus fuerzas hacia su habitación.

Y Sophie tenía los ojos extremadamente abiertos.

(…)

Arthur se había ido. Sophie estaba sentada en el suelo recargada en la puerta de su hermana viendo hacia el techo. April estaba igual pero del otro lado. —April sal de ahí ya. No tiene nada de malo que Arthur te haya besado.

—No es eso.

—¿Entonces qué es?— pregunto con suavidad.

—Me gusto—. Sophie se carcajeo detrás de ella y se tapó la boca. —¡Hey!

—Lo siento… ¿Y entonces porque lo golpeaste?

—No quiero darle una oportunidad a alguien que terminará conmigo por medio de una carta. Y es demasiado molesto, se cree mucho y piensa que es mejor que todos, y tal vez lo sea.

—Fue mi idea. Cristina me golpeo porque pensó que tenía aventuras con Arthur. Realmente el apenas estaba sentando cabeza, sin embargo Cristina no es adecuada para él y lo lastima mucho. Y cuando me lastimo a mí él pensó que era inaceptable y decidió terminar con ella, yo le dije que lo hiciera por escrito ya que no lo quería ver golpeado al día siguiente. El fácilmente podría defenderse, pero… él es una persona amable y sería incapaz de dañar a una mujer—. Conto y al otro lado de la puerta April cerró los ojos sonriendo. —Arthur es alguien especial April, él siempre está allí. Confío tanto en el que metería mis manos al fuego. Y estoy segura que el haría eso mismo por mí… y por ti.

April guardo silencio y quito el seguro. Se levantó y abrió la puerta. —Iré a verlo.

Sophie le regalo una sonrisa y vio cómo su pelirroja hermana salía hasta la sala, tomaba su abrigo y abría la puerta. Se detuvo.

April al abrir la puerta se encontró con el mismo muchacho que le había entregado el Oso de Peluche la vez anterior y ladeo la cabeza confundida. Tenía otro Oso de Peluche, sin embargo este era más grande y de un color cremoso. Y un sobre rojo en el centro. —Buenos días, ¿Aquí se encuentra April? — pregunto el chico. Ella se señaló a sí misma, y él le entrego el oso y dejo que le firmara el recibido. Se fue y April se quedó ahí parada y confundida viendo al peluche en sus brazos.  

Cerro la puerta y volvió a la sala, dejo el Oso de Peluche a un lado tomando el sobre viendo el interior.

April.

No pienso ser un cobarde, así que no te escribiré lo que te tengo que decir por aquí. Tan solo quiero que vengas hoy a las 8 a donde vimos la escena del chico gay. No es lo más romántico pero creo que solo necesito que estés ahí.

                                                                                        A.B.

Oso de PelucheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora