Prologo

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Desperte por la intensidad del sol, lo primero que vi fue un hermoso valle, lleno de flores hermosa, a lo lejos apreciar la playa.
Me levanté del pasto y empeze a caminar hacia la playa.
-Madelin- escuche que me hablaban.
Volteo y detrás de mi se encontraba un joven, era alto  su cabello castaño oscuro ondulado, sus ojos eran un poco peculiares, uno era verde y el otro azul y su tes era morena traía ropa gris y metía la mano extendida
-Ven, hay algo que quiero mostrarte- dijo con una voz que por alguna razón me tranquilizó.
No sabía si tomar su mano, parece que vio la duda sembrada en mi rostro, por lo que la como sin permiso y empezó a caminar jalandome con el.
-Sabes, me has echo esperar por mucho tiempo, pero eso está por cambiar-
-¿Por qué?-
No contesto mi pregunta, solo siguió caminando y no volvió a emitir palabra alguna hasta llegar a la playa.
Al llegar soltó mi mano y se sentó en la arena.
-Ven, siéntate conmigo- dijo señalando a su lado.
Sin tener control de mi cuerpo, me senté a su lado.
Nos quedamos observando el horizonte hasta que anochecio, entonces se acostó en la arena y observo el cielo.
-¿Ves esa estrella?-  dijo apuntando a la osa mayor. Yo asentí.
- Pronto te llevaré a ella. ¿Me esperaras?- dijo al tiempo que entrelazaba nuestras manos y me veía a los ojos.
-Te esperare- dije sin estas concientes de mis palabras y observando esos ojos que me decían todo y a la vez nada.
Nos empezamos a acercar, ssbia que me besaria y no quería impedirlo. Estábamos tan cerca, cuando a lo lejos se empezó a escuchar un tintineo molesto, volteé a buscar el origen del ruido, pero no había nada, entonces sentí un besi en la mejilla.
-Esperame- escuche un susurro en mi odio. Cuando voltee, en extraño muchacho había desaparecido.
-No te vallas- dije al viento .
De repente el brillo de la luna y las estrellas desapareció y todo se sumió en una oscuridad total, un escalofríos recorrió mi cuerpo y sin darme cuenta desperte.
Estaba en mi cuarto, con las sábanas pegadas a mi cuerpo y con el sudor frío en mi frente. Se seguía escuchando ese molesto tintineo, buscando el origen de este, me di cuenta de que era mu alarma de la cómoda y esta marcaba las 5:30 am.
-Gracias alarma- dije con sarcasmo mientras la apagaba.

¿Cuantas estrellas hay en el cielo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora