¡4 Donceles! (Countryhumans)

Ⅴ

El frio azotaba la ciudad de Moscú, cosa que no agradaba del todo al mexicano que se encontraba muriéndose de frio encamino a su nueva residencia junto a un ruso que iba al volante, esta vez no podemos decir a México el menor porque el no lo era, si créanlo o no México no es el menor el es el mayor por unos tres años / y antes de que digan algo México será el que recibe (p≧w≦q) / pero lo cambiaremos diciendo menor de estatura / ps este es enano /.

Todo el camino era silencio, no se hablaban, no se miraban, nisiquiera se dignaban a hacer el minino ruido para no molestar al otro, todo era incomodidad entre los dos. Rusia el mas grande en la estatura de los dos freno en seco, cosa que causo que el latino se golpeara la cabeza y soltara un pequeño quejido de dolor, miro seriamente al ruso y solo abrió la puerta para poder salir, ni bien salió sintió un frio como nunca antes lo había sentido, sentía que le llegaba hasta los huesos quiso volver a entrar pero se detuvo al sentir como un pesado abrigo se recargaba sobre el, volteo la mirada solo para encontrarse con el ruso todo sonriente, volteo la mirada para mirar fijo al camino y empezar a caminar no dijo nada ni un gracias, ese comportamiento no le molesto en lo absoluto al del ushanka ya conocía al mexicano y sabia que el no era de saludar o decir gracias. Sin darle mas importancia empezó a seguir al menor de estatura hasta la puerta, la abrió con cuidado, dejando entrar al latino que se quedo algo sorprendido al ver lo grande pero cálida casa que poseía el ruso, se notaba que era muy amplia pero extrañamente tenia un aire pacifico ? hogareño ?. Ni el mismo pudo identificarlo, sentía una calidez que nunca antes había sentido, solo por curiosidad recorrió toda la casa, como modo de juego siempre antes de abrir alguna puerta se ponía a pensar en que podía ser y cual seria su uso, era algo curioso como logro adivinar cada cuarto, era como si ya conociera la casa o ya hubiera habitado en ella con anterioridad.

A los minutos se canso de ver y adivinar cada cuarto y decidió volver a la entrada donde lo esperaba un ruso con los brazos cruzados, lo miro por un rato y solo se fue a uno de los cuartos donde se encerró durante todo el día, acción que sorprendió mucho al ruso pensó que le gritaría o algo por el estilo como cuando eran obligados a convivir juntos de pequeños, pero no eso le preocupo un poco ya que el México que el conocía o bueno que pensaba conocer no era así, le dio algunas vueltas al asunto por algún tiempo largo, hasta que se fijo en la hora eran las 10 PM, solo se fue a su cuarto donde se cambio para acostarse en su gran cama, mientras recordaba al antiguo México o bueno algunos fragmentos de recuerdos ya que en su mayoría eran malos, solía recordar a México como un chico, mal educado, muy rebelde, algo grosero, enojón, para nada respetuoso nisiquiera con sus padres y gritón. O bueno esos eran los pocos recuerdos que el tenia de México, a veces se ponía a pensar que el era así porque cuando el era mas pequeño era cuidado por el mexicano el cual se oponía absolutamente a cuidarlo pero igual lo obligaban. Pero lo curioso era su cambio de actitud, ahora era frio y algo serio, pareciera que lo hubieran obligado pero el no podría confirmarlo por si solo. 

Mientras tanto con México 

El mexicano se encontraba dando vueltas por todo el cuarto estaba muy pensativo en esos momentos, se encontraba muy sonrojado en esos momentos ya que el cambio del ruso le parecía muy impresionante, el recordaba al eslavo como un niño insoportable, algo gordito, con la voz chillona, muy preguntón y algo jodido. Era todo lo contrario ahora tenia un cuerpo muy bien formado, se había vuelto muy atractivo hasta podría llegar a decir guapo a los ojos de el,  tenia la voz profunda e irresistible que tan solo de oírla lo volvía loco , parecía que el tiempo le había favorecido en mucho en lo de su aspecto y timbre de voz. Ahora el se sentía algo mal de como lo había tratado en el pasado y las incontables veces que le había dicho que lo dejara de molestar  cuando el pequeño eslavo le preguntaba alguna cosa. Pero en su mente seguía la idea de seguiría siendo el niño insoportable y jodido que era, el echo de que se hubiera puesto mas bueno que el pan recién horneado, no cambiaria su actitud ante el.