Ya no había más de que hablar, todo estaba dicho, todo estaba hecho, no se podía regresar en el tiempo, y ambos los sabíamos.
Que no todo es color de rosa como los cuentos con finales felices nos dicen, no siempre se obtienen el "vivieron felices para siempre" y tu y yo no fuimos la excepción.
Mientras mis lagrimas caían al ras del suelo, tu querías evitarlo, lo sé porque tus ojos no mentían pero ya no me podía quedar, sobraba justo en ese lugar donde ya no era necesario que estuviera, tu vida. Tu y yo ya no eramos un nosotros, ni si quiera eramos un tu y yo...
Eras tu y era yo y era ella.
Después de los días hablando como idiotas sin pensar en el tiempo ni en el espacio que nos rodeaba, después de las largas conversaciones telefónicas, después de las miradas profundas que decían aun mas que cualquier palabra antes dicha, después de esos intercambios de electricidad antes del primer beso, después del "si quiero ser tu novia" después de caminar bajo la tormenta y ver brillar el sol tras el arcoiris, después de amarte entre sabanas como nunca antes lo hice... Era verdad aquel dicho:
"nunca terminas de conocer a una persona"
Jamás esperas una traición de un ser que amas... Para eso los enemigos, y es lo que más duele, aunque todo cae por su propio peso...
Allí estabas tú, bajo la tormenta como aquella vez, con flores, con mis favoritas, estabas decidido y tu sabías que se me hacia irresistible la idea de poder sentirte, sabias que me preocuparía por ti ¡estas mojado, te puedes enfermar!
Cuanta razón tenias... Nadie me conocía mas que tú.
- Pasa, te vas a refriar - dije mientras abría la puerta
-Lo siento por llegar así
- ¿así como?
-Sin avisar
-No te preocupes - sonreí- te traere alguna bata, pondre a secar tu ropa, puedes coger café en la cocina si deseas
-Espera- me cogió del brazo- te he traído flores
Lo mire y vi mi reflejo en aquellos ojos avellana, estaba arrepentido, pero yo no podía dar un paso atras.
-Dejalas en la mesa- pude decir- las pondre en agua luego-me solte de su poder- son hermosas
-tus favoritas -dijo mientras se quitaba el sombrero
-Ya vuelvo
subí a mi habitacion con mucho cuidado, tome una bata y una toalla limpia, baje lo mas rápido que pude.
-Listo aca esta, el baño esta al final del pasillo para que te cambies -tome su sombrero mojado- ve rápido
-Ya, gracias
Camino hacia el final y mis manos empezaron a temblar.
¡carajo!
Esto se supone que había acabado ¿por que ahora? Si ya se había puesto punto final a eso.
Claro, él con su ego lastimado con su orgullo desgastado, con su sonrisa de ensueño y aquella caballerosidad que él sabia bien como usar.
-El lavamanos estaba goteando, lo he reparado
-uh
Me había sacado de mis mas profundos pensamiento ¿Por que ahora?
-Gracias, no tuviste que molestarte el plomero debía venir pero, no vino por la tormenta supongo. ¿vas a querer café?
