amor de media noche

Capitulo 8: Pesadilla de ojos verdes

Narra Maia

Es como una de esas peliculas de terror en las que al final todo resultaba ser un sueño, salvo que en este caso la ultima parte quedaba omitida. Me quedo mirando por la ventana con la vista muerta y me pellizco varias veces la mano, una y otra, luego todos los dedos intentando encontrarme con la insensivilidad que te proporciona un sueño y finalmente despertar. Me los pellizco uno a uno cada vez con mas fuerza pero a la vez que incremento la intensidad de los pellizcos mas me duele la mano, me pellizco mas y mas, con mayor insistencia y noto que me empiezan a arder los ojos y se me distorsiona la vista a causa de contener las lagrimas, finalmente las dejo caer sobre mi cara calentandomela y humedeciendomela en su trayectoria. Noto mis dedos húmedos y paro de pellizcarme, bajo la vista y me encuentro con mis manos llenas de sangre, me he pasado con los pellizcos. Suena el timbre y salgo disparada de clase para esconderme en el amasijo de gente que se suele crear en los intercambios. Doy un portazo y me encuentro de frente con los pasillos vacios, me giro sobre mis pies y me asomo a la ventana de la puerta de clase, todos siguen ahi quietos mirando a la nada, como si les hubieran quitado toda su energia.

Retrocedo rapidamente y no puedo evitar pensar en voz alta.

-Maia es un sueño, tiene que ser un sueño y vas a DESPERTARTE-

Me giro y corro hacia las taquillas empotrandome contra ellas con todas mis fuerzas, duele, bien. Sigo golpeandome la cabeza repetidas veces  pero me doy cuenta de que mi cabeza no es el problema. Despego mi cabeza de las taquillas y me dirijo hacia las puertas de salida, solo quiero salir de aqui. Cuando abro las puertas me encuentro con la calle vacía a excepcion de un coche deportivo de color negro. No se por qué pero siento que debería estar dentro de ese coche y... estoy andando hacia el coche, bien, no puedo parar de andar aunque lo intento. Finalmente entro en el coche y me siento en el asiento del copiloto, cierro la puerta y me abrocho el cinturon ¿que mierda me pasa?

-Siento la dramatizacion- me giro y veo que esta Isaac en el asiento del conductor, joder. Quiero salir del coche y gritar pero estoy hecha una estatua, ni siquiera puedo hablar.

-Tambien siento tener que controlarte pero los de tu especie sois un manojo de nervios, ahora te voy a inducir el sueño y cuando despiertes te lo explicaré todo-

No entiendo nada, solo quiero salir del coche pero de repente cierro los ojos y morfeo me encuentra.